No podía fallar Utah y no ha fallado, aunque Memphis, en un partido montaña rusa, ha llegado a poner por momentos en aprietos al conjunto de Quin Snyder, que ha terminado resolviendo con prestancia en el regreso de Donovan Mitchell.
El partido ha acabado 141-129, un resultado poco común en playoffs. De hecho, esos 141 puntos suponen un récord anotador histórico para la franquicia de los Jazz en postemporada, dejando atrás un antiguo récord de 131 puntos.
Más allá de ese espectacular registro encestador y de que Utah haya igualado 1-1 la eliminatoria, el juego ha estado marcado por dos jugadores: el local Donovan Mitchell y el visitante Ja Morant.
Mitchell regresaba al juego tras un mes de ausencia y tuvo minutos restringidos, lo que no le impidió ser el máximo anotador de su equipo con 25 puntos en los 26 minutos que dispuso.
Morant simplemente enamoró de nuevo. Sus números, históricos: 47 puntos y 7 asistencias con 15 de 26 en campo (2 triples anotados) y 15 de 20 en libres. Esos 47 puntos no solo baten el récord de playoffs en Grizzlies (lo tenía su rival de hoy Mike Conley), sino que superan el récord anotador de Grizzlies también de temporada regular, el absoluto, que poseía desde 2005 Mike Miller con 45 puntos.
Además, Morant suma 71 puntos en sus dos primeros partidos de playoff, algo que jamás había sucedido desde que la NBA se llama NBA (1949-1950), y sus 47 puntos de hoy le colocan como el jugador menor de 22 años que más puntos ha anotado en un partido de postemporada, superando los 45 de LeBron James en 2006 y los 43 de Luka Doncic el año pasado.
Ello no quiere decir que no haya habido otros jugadores destacados. De hecho, en Utah ha habido dos tan o más destacados que Mitchell. Han sido Mike Conley (20 puntos, 15 asistencias y 2 pérdidas), que ha batido su registro personal de asistencias, y el francés Rudy Gobert (21 puntos, 13 rebotes, 4 tapones y 9 de 11 en campo), que ha resultado esencial en la buena recta final de su equipo.
Utah ha tenido a 7 de sus 9 jugadores en dobles dígitos anotadores, con Bojan Bogdanovic en 18, Jordan Clarkson con 16 y Joe Ingles y Royce O'Neal, acertadísimo este desde el triple, con 14 cada uno.
Los locales han estado en un 54,4% en el tiro de campo y han metido 19 triples rozando el 50%.
No le ha ido a la zaga Memphis en este partido de bellas ofensivas, da gusto ver mover el balón a Utah, y defensas laxas. Los Grizzlies han terminado con un 54,1% en campo y han tenido, además de a Morant, a Dillon Brooks con 23 puntos, a Jonas Valanciunas con 18 y a Jaren Jackson Jr. con 16, a pesar de que los tres han tenido problemas con las faltas.
Lo que ha descompensado a Memphis ha sido su segunda unidad, que ha aportado poco y que ha sido barrida cuando ha estado en pista.
Centrándonos en el desarrollo del partido, tuvo dos partes bien diferenciadas. La primera fue de Utah claramente, beneficiado el equipo local por los problemas de faltas de Brooks, Valanciunas y Jackson Jr.
Al descanso, 74-54 con los Jazz cerrando con triples de Bogdanovic e Ingles, a los que se pudo sumar el de Niang (hubiera sido el 77-52 en el marcador), anulado por pasos del triplista.
Importante para Jazz recuperar su mejor tino desde el triple (10 de 19 en la primera parte). Utah lo llevaba muy bien, dominaba el rebote, atacaba a su antojo y solo veía peligro en un Morant que ya llevaba 22 puntos.
Llegado el tercer cuarto todo cambió y el partido se puso patas arriba. De perder por 20 al descanso a ponerse a 3 puntos (98-95 y 100-97). El arranque de cuarto de Memphis fue brutal: ¡Metió 29 puntos en 6 minutos y 21 segundos con 13 de 16 en campo y 3 de 4 en triples! Esa avalancha ofensiva la canalizaron Morant y Brooks con 11 puntos cada uno. Hasta poner a Jazz en verdaderos aprietos.
Fue cuando vio las orejas al lobo cuando Utah reaccionó. Se llegó al final del tercer cuarto con 103-97 en el marcador tras encajar los locales 43 puntos en el cuarto, con Memphis en 18 de 27 en el tiro de campo, 5 de 9 en triples y solo una pérdida en esos 12 fabulosos minutos.
Utah reaccionó por necesidad y con un 18-7 de inicio de último cuarto se puso 121-104. Y a partir de ahí, con altibajos, dominó definitivamente el partido, alcanzado la tranquilidad cuando una bola de Mitchell entró tras girar y girar en el aro. Era el 138-122 y restaban 2:33 para el final. La victoria se quedaba en casa.