Se mueve entre el enfado y la alegría. El lógico enfado por no jugar el primer partido de los playoffs y la lógica alegría por sí poder hacerlo en el segundo. Hablamos de Donovan Mitchell, jugador esencial en el desempeño como equipo de Utah Jazz.
Mitchell se lesionó un tobillo a mediados de abril. Su último partido data del día 16 de aquel mes, cuando se enfrentó a Indiana Pacers. Desde entonces, algo más de 5 semanas de baja en las que se ha perdido 17 partidos, los 16 últimos de la temporada regular y el primero de los playoffs, y fue su baja en este último encuentro la que generó el malestar del jugador.
No jugó la apertura de la serie Jazz-Grizzlies y tuvo que presenciar desde la banda la sorprendente derrota de su equipo.
Los medios de comunicación estadounidenses han hablado de malestar del jugador y desencuentro con la franquicia. Sin ir más lejos, el periodista de ESPN Brian Windhorst afirmó en su podcast que Mitchell se encuentra dolido con su equipo y que el daño ya estaba hecho, aunque se apresuró a reconocer que la situación puede ser reparada y que las victorias de Utah en el futuro pueden ser la mejor de las reparaciones.
El jugador, mientras, ha quitado hierro al asunto al asegurar que no había habido tal desencuentro (lo que no niega es su enfado por no jugar) y que era el momento menos adecuado para que se generaran discusiones o polémicas en el seno del equipo, ya que Jazz está inmerso en los playoffs.
Lo cierto es que Mitchell ya tiene el visto bueno de los médicos para jugar y por ello será de la partida mañana miércoles en el segundo duelo con Memphis.