No fue su jornada más feliz de la temporada. Su equipo, Wizards, iba perdiendo claramente ante los Sixers y él, Russell Westbrook, se acababa de lesionar un tobillo tras pisar a Furkan Korkmaz. Lo que nadie podía esperar fue lo que vino después.
Westbrook abandonó la pista camino de los vestuarios lesionado y cuando estaba entrando en el túnel de vestuarios una lluvia de palomitas cayó sobre él, lo que generó en el jugador una agresiva reacción de enfado, teniendo que ser sujetado por varios integrantes del equipo de seguridad del pabellón.
Tras el lamentable incidente, el espectador que protagonizó la acción fue expulsado de la instalación deportiva. Así ocurrió todo.