Atrás queda una temporada llena de sobresaltos y sinsabores, una temporada que el equipo empezó ya con un tremendo cansancio acumulado, al que se unieron las lesiones y la pandemia. Pero pasados todos esos malos tragos, Miami Heat ha resuelto la ecuación, fundamentalmente porque tiene un gran equipo y un gran entrenador.
Aunque parezca mentira viendo la temporada, Miami ya está donde quería estar. El equipo va a llegar a los playoffs en lo que parece ser su mejor momento de forma, con todos sus hombres importantes sanos y dispuestos a dar guerra, y no olvidemos que estos Heat ya demostraron en la burbuja hasta donde pueden llegar, por mucho que se les minusvalore, este es el equipo subcampeón de la NBA.
Heat se ha clasificado directamente para jugar los playoffs y lo ha hecho a costa de Boston Celtics. El doble enfrentamiento en un intervalo de 48 horas entre los dos equipos que se antojaba crucial ha jugado una muy mala pasada al equipo verde, que ha perdido los dos enfrentamientos. Hoy, 121-129.
Parecía que todo se le torcía aún más a Boston cuando habiéndose jugado solo 1 minuto y 47 segundos de partido se lesionó Kemba Walker y se fue a vestuarios. Pero lo cierto es que Kemba pudo regresar al juego y metió 36 puntos, mientras que los que sí que perdieron a una pieza esencial durante el partido fueron los Heat, que se quedaron en pleno juego sin Jimmy Butler tras recibir un golpe en un ojo.
Lo llamativo fue que el equipo visitante brilló más sin Butler en pista, siendo Butler, sin duda, su gran líder, el tipo que es capaz de sacrificar tiros para alimentar todo el engranaje de su equipo en ataque y en defensa.
Sin Butler, Miami completó un gran tercer cuarto del que se fue ganando por 14 puntos (79-93), con Bam Adebayo y Duncan Robinson como grandes hacedores ofensivos de la ruptura y con el trabajo defensivo como gran impronta del colectivo de Florida.
Ya jugándose el último cuarto, con Tyler Herro liderando las operaciones visitantes, Miami se llegó a poner con 21 puntos de ventaja (84-105) tras un triple de Goran Dragic a 9:02 del final. Y a partir de ahí control del marcador de Heat con los Celtics intentando engancharse una vez más a su peligrosa y suicida afición por las remontadas, que esta vez se quedó tan solo en un mero intento sin éxito alguno.
Lo más que consiguieron los locales fue ponerse a 6 puntos (121-127), pero ya era demasiado tarde, toda vez que solo restaban 9,5 segundos para el final del encuentro.
El máximo anotador de Miami fue un muy activo Tyler Herro, que parece llegar con muy buenas sensaciones a los playoffs. Sumó 24 puntos y 11 rebotes con 10 de 15 en el tiro de campo. Bam Adebayo logró 22 tantos, 7 rebotes y 5 asistencias, Duncan Robinson añadió 22 puntos y 5 triples, Kendrick Nunn hizo 18 puntos y Goran Dragic, 17.
Jimmy Butler apenas pudo jugar 17 minutos debido a su lesión ocular. Cuando se lesionó ya llevaba 13 puntos.
Boston asistió 31 canastas, controló mejor de lo habitual sus pérdidas de balón, se comportó bien desde el triple, pero perdió la batalla del rebote.
Sin Jaylen Brown en cancha, lo mejor del equipo fue Kemba Walker (36 puntos y 7 rebotes). Jayson Tatum reaccionó demasiado tarde. Terminó con 33 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias tras meter 16 puntos en el último cuarto. Y Evan Fournier sumó 20 puntos y 8 asistencias tras ser el mejor del equipo en la primera mitad.
A Boston le mató su defensa, su deficiente tercer cuarto y, sobre todo, su falta de plantel. El equipo va de todo menos sobrado, y fue su segunda unidad la que estuvo muy por debajo, lógicamente, de la maravillosa segunda unidad de Miami, que metió 50 puntos. ¡Los suplentes de Boston, mientras, solo habían anotado 4 puntos cuando ya había acabado el tercer cuarto! La falta de profundidad del equipo mató definitivamente a los de Brad Stevens.
Y ahora los Celtics solo pueden evitar el play-in con un auténtico milagro. Heat, Hawks y Knicks están empatados con 38-31 y Celtics anda con 35-34. Y solo le restan a cada equipo 3 partidos por jugar.