No había sido, desde luego, el mejor jugador de su equipo. Otros como Cam Johnson, Mikal Bridges o, sobre todo, Devin Booker estaban mereciendo el foco estelar, pero llegó el momento de la verdad y salió a relucir por enésima vez ese gran seguro de vida llamado Chris Paul.
Chris Paul decidió el Knicks-Suns. Por él no pasan los años. El base de Phoenix anotó los últimos 7 puntos de su equipo para derrotar a New York y coronarse en el Madison. Impresionante su modo de resolver el juego.
El primero de esos tres 'flashazos' fue uno de sus clásicos tiros a media distancia (107-113), respondido a 1:09 del final por un triple desde la esquina, casi sin ángulo, de Julius Randle (110-113); la segunda canasta decisiva de Paul fue increíble, un imposible hecho realidad a 44,8 segundos del final (110-116); y la tercera constituyó el remate, la puntilla que acabó definitivamente con los Knicks, un triplazo frontal a 13,3 segundos de la conclusión. Así de fácil se gana un partido. Bueno, en realidad, así de fácil lo gana Paul, que es un fenómeno sin fecha de caducidad.
Victoria de Phoenix 110-118 para finalizar una muy exigente gira por el Este, con partidos ante Bucks, Sixers, Celtics, Nets y Knicks, casi nada, una gira saldada con 3 victorias y 2 derrotas, una gira que pone a los Suns en la rampa de lanzamiento hacia grandes misiones, porque este equipo está demostrando que sabe jugar ante los grandes y tiene ya a tiro a los líderes del Oeste, Utah Jazz. Y ahora le vienen otros dos compromisos duros, recibir en su pabellón a Clippers y Jazz. ¡Menudo calendario de locos!
Supo sobreponerse Phoenix a la exigencia física que suponía jugar en 24 horas ante Nets y Knicks y supo sobreponerse a un gran inicio de partido del equipo de Tom Thibodeau, que doblaba a su rival (30-15) jugándose el primer cuarto, con los locales anotando por entonces el 71% de sus tiros, unos locales que venían de hacer su mejor racha de resultados en muchos años, 9 victorias consecutivas, hasta que se toparon esta noche con los de Arizona.
Triunfo visitante a partir de una notable mejoría en defensa en la segunda parte, victoria de los de Monty Williams sin Jae Crowder y Dario Saric, pero con actuaciones importantes de muchos jugadores.
El primero de todos, Devin Booker, que en 24 horas anotó 69 puntos a los dos equipos neoyorquinos. Ante Knicks, 33. Mikal Bridges trabajó bien en defensa y aportó 21 puntos, Cam Johnson encestó 3 triples importantes en el último período y el crucial Chris Paul acabó con 20 puntos, 6 asistencias, 8 de 12 en el tiro y 2 tapones, uno de ellos, maravilloso y por sorpresa, a Nerlens Noel bajo el aro.
Los Knicks tuvieron como gran punta de lanza a Derrick Rose. Está jugando de cine Rose en esta su nueva etapa con Thibodeau, que siempre supo extraer lo mejor de él. Ya lo hizo en Bulls y Timberwolves, y lo está volviendo a hacer en la Gran Manzana. Da gusto ver jugar así al que fuera MVP de la NBA. Hoy, 22 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias en 33 minutos, siendo el gran sostén de su equipo en determinadas fases del partido.
Supo parar Phoenix a la bestia Randle. La gran estrella local se quedó en 18 puntos tras errar 11 de sus 17 lanzamientos a canasta, y su equipo se resintió, claro está. No todos los días se puede estar a nivel All-Star.
Además, otro gran partido de Reggie Bullock (17 puntos), que está haciendo una gran temporada, y actuación de más a menos de RJ Barrett (otros 17). Bien Nerlens Noel en las labores de contención de Deandre Ayton.
La clave de los Suns fue saber agarrarse al partido cada vez que su rival parecía estar al borde de romperlo. Sucedió un par de veces. En el primer cuarto, del +15 se pasó al +5 y en el segundo ocurrió lo mismo, de un +15 a un +5. Fue la primera parte un tira y afloja constante lleno de parciales a favor y en contra según le venía la vena a uno u otro equipo, para luego estabilizarse el marcador tras el descanso y desarrollarse el partido en régimen de tremenda igualdad.
Por eso, todo se decidió al final. Con Phoenix llegando a agarrar una ventaja de 9 puntos tras dos acciones de Bridges (102-111) para perder parte de la ventaja con rapidez hasta el 107-111. Y con ese marcador surgió Chris Paul como elemento diferenciador. El acierto del base titular de Suns contrastó con el mal final de los Knicks, que perdieron 2 balones en el último minuto para terminar cediendo y ver quebrada su fantástica racha de resultados ante un equipo que apunta alto. Estos Suns de Chris Paul y Devin Booker no son flor de un día.