Apuró Stephen Curry su ofensiva, mostró Andrew Wiggins su mejor cara, exhibió por fin Draymond Green ánimo anotador, y todo eso de nada sirvió ante el empuje de Miami Heat, un equipo que sigue sin reunir a toda su gente, pero que ya está en modo competitivo, aunque su notable plantilla parezca algo descompensada.
Victoria de Heat por 116-109 para sumar ya 3 seguidas y ponerse con balance positivo en la clasificación (25-24). Jugando sin Goran Dragic y sin Kedrick Nunn.
Tres jugadores locales en 20 o más puntos y otro a las puertas. Jimmy Butler, el mejor una vez más de Heat, sumó 22 puntos, 6 rebotes, 8 asistencias y 4 robos, Duncan Robinson y Tyler Herro metieron 21 y 20 puntos, respectivamente, y Bam Adebayo terminó con 19 puntos, 8 rebotes y 6 pases de canasta.
Importante Andre Iguodala ante su exequipo, ya que resultó esencial en el último cuarto, y buen desempeño del hispano Trevor Ariza, que fue titular, estuvo 26 minutos en juego y contribuyó con 10 puntos, 4 rebotes y 2 tapones.
El foco en este partido estaba en Victor Oladipo, un All-Star que ha pasado ya esta temporada por 3 equipos. Hoy, debut con Heat, un estreno que careció de brillantez. Hizo 6 puntos, 5 asistencias y 2 robos en 23 minutos con malos porcentajes de tiro. Tendrá que ir afinando.
Las pérdidas de balón fueron el gran caballo de batalla de Warriors, y a la postre su tumba. Extraviaron 20 balones los visitantes que dieron lugar a 27 puntos del equipo rival. Una auténtica sangría.
Warriors reboteó bien y se mantuvo en el partido con Curry en 36 puntos y 11 rebotes, con Wiggins en 23 tantos, 8 rebotes, 4 asistencias y 3 tapones y con Green en 16 puntos, 10 rebotes, 8 asistencias y 4 robos.
En el lado negativo, Kelly Oubre Jr. y el novato James Wiseman.
Los Heat se presentaron a mitad de último cuarto dominando 101-88 y supieron mantener el tipo, aunque Golden State se llegara a poner a 7 puntos (113-106) con un triple de Curry, pero por entonces ya era demasiado tarde. Una penetración de Oladipo con asistencia para la canasta de Herro dejó ya todo visto para sentencia. Era el 115-106.
Golden State estuvo siempre metido en el partido. Ganó el primer cuarto 23-24, se fue al descanso perdiendo 59-54 y terminó el tercer cuarto con 86-81 en contra. Siempre estuvo Warriors en la pomada, pero nunca fue capaz de controlar el juego. El control estuvo en manos de Miami, un equipo que empieza a parecerse, aunque todavía de lejos, al que nos maravilló a todos en la burbuja de Orlando.