Boston sigue apelando a la heroica para ganar sus partidos, y la heroica rara vez funciona. Otro partido que se puso cuesta arriba y que estuvo a punto de ser remontado. El rival era Dallas, todo un experto en ceder grandes ventajas en un abrir y cerrar de ojos, pero en esta ocasión los texanos sobrevivieron.
Los Mavericks son capaces de lo mejor y de lo peor, y más de una vez despliegan todo su abanico de sensaciones, las malas y las buenas, en un mismo partido y en cuestión de minutos. Esta vez no fue una excepción. Los Mavs se pusieron ya con 22 de ventaja en el segundo cuarto (39-61), adquirieron un colchón de 23 puntos (51-74) jugándose ya el tercer período y acabaron dando gracias a dios por el hecho de que el partido terminara cuando terminó.
En el otro lado, un equipo irregular hasta la médula. Capaz de ceder por 23 puntos y al cuarto siguiente ponerse a 2. Eso hizo Celtics, se puso 107-109 tras robar el balón Jayson Tatum y anotar Marcus Smart a 16,4 segundos del final. Pero no pudo ir más allá porque a Jalen Brunson no le tembló el pulso a la hora de anotar dos libres unos segundos después.
Con 107-111, tuvo dos libres Smart faltando 5,4 segundos. Metió el primero y lanzó el segundo a fallar para buscar las últimas opciones de su equipo, pero su tiro a fallar fue tan horrendo que se estampó contra el tablero sin tocar el aro, y ahí se fueron al garete las escasas opciones del equipo local, para acabar el partido 108-113. Crucial la diferencia entre ambos equipos desde el triple.
Luka Doncic fue el jugador de la noche bostoniana. Volvió a reinar el esloveno a pesar de que en la segunda parte tuvo minutos obtusos y de que al final del partido perdiera 8 balones. Doncic firmó una primera parte primorosa (24 puntos casi sin fallar un tiro) y acabó el partido con 36 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias, 11 de 15 en campo y otra impresionante exhibición desde el triple con 7 de 11.
El segundo jugador por importancia en Dallas fue Brunson, un bajito preñado de buena técnica individual que sigue rindiendo a gran nivel. Hizo 21 puntos en 33 minutos con 8 de 10 en el tiro y metiendo 4 puntos en el último minuto del encuentro.
Kristaps Porzingis sumó 19 puntos, 8 rebotes y 3 tapones. Eso sí, se quedó sin jugar los minutos decisivos del partido por decisión técnica y Carlisle le sacó a 5,4 segundos del final para asegurar un rebote defensivo que nunca existió, por cuanto el ya mencionado libre de Smart no tocó aro.
En los Celtics, 25 puntos y 9 rebotes de Jayson Tatum, desacertado desde el triple, 24 puntos y 4 robos de Jaylen Brown, 22 tantos y 6 asistencias de Kemba Walker, con 7 de 19 en el lanzamiento de campo, y 17 más 7 asistencias de un Marcus Smart que se multiplicó en la cancha. El francés Fournier estuvo otra vez gris, pero al menos anotó.
El partido empezó de una manera estrambótica. Insólito salto inicial entre dos jugadores alemanes, el local Moritz Wagner, al estar ausente Robert Williams III, y el visitante Maxi Kleber, ¡y el salto inicial tuvo que repetirse dos veces: a la tercera fue la vencida! Bizarro arranque de partido, sin duda.
El primer cuarto nos dejó un taponazo de Smart y a Doncic y Porzingis liderando la ofensiva visitante.
Fue en el inicio del segundo cuarto cuando Tatum empezó a meterse en el partido, cuando Boston hizo un airball tras el cual Luke Kornet intentó salvar la bola ofreciéndonos una acción de expediente X y cuando Dallas puso la directa con Brunson muy activo y, sobre todo, con una tremenda exhibición de Doncic, al que no le podían parar ni Smart ni Kemba ni Tatum ni Brown. El 45-64 al descanso ya marcó el partido, con Boston luchando desde entonces por arreglar el desaguisado.
Empezó Boston fallando tiros abiertos en el tercer cuarto. Cada jugador parecía ir por su cuenta y la brecha se fue a 23 puntos (51-74), a lo que siguió un parcial de 8-0 para Boston, pero fue efímero, ya que Dallas acabó el cuarto 17 puntos arriba.
Llegado el cuarto final, intensidad local y pájara visitante, con Dallas perdiendo 6 balones en el cuarto, Kemba Walker poniéndose las pilas, Marcus Smart intensificando sus esfuerzos y los Mavericks empezando a perder los papeles, una pérdida de papeles que casi les cuesta el partido.
Tras este encuentro, Boston, que a nadie se le escapa que está mal, se pone 23-25 y Dallas, que parece haber agarrado un buen ritmo competitivo, se va hasta el 25-21.