El novato Anthony Edwards y el dominicano Karl-Anthony Towns fabricaron una inmensa nube que dejó sin brillo a los Suns, esa nube estaba confeccionada de baloncesto ofensivo de altos quilates y se cifró en una anotación salvaje de 83 puntos que sirvió para que Minnesota sorprendiera ganando 119-123.
Edwards metió 42 puntos y Towns 41 en una actuación dual extraordinaria que dejó en penumbra a Phoenix. Es la segunda vez en la historia de la franquicia que dos jugadores anotan 40 o más puntos en un mismo partido.
El novato hizo su mejor anotación como profesional y se convirtió en el tercer jugador más joven en alcanzar los 40 puntos en la historia de la NBA. El chaval de 19 años, número 1 del draft, se fue a 42 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias tras presentar una serie de 15 de 31 en el tiro de campo y 4 de 13 desde el triple. Sumó 9 puntos en el cuarto final.
Estamos ante un jugador de una calidad inmensa, un jugador que puede crecer en estos Timberwolves. Es verdad que le falta aún lectura de juego y que muchas veces peca de absorber mucha mirada a canasta y poca a los compañeros, pero esa ceguera personal se le va a ir quitando con la edad casi con total seguridad. Muy interesante Edwards, mucho.
En realidad, el mejor jugador local fue Towns, con permiso de Edwards, claro. Cátedra de baloncesto ofensivo del dominicano. Esencial en todos los aspectos. Sumó 41 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias, metió 15 de sus 24 tiros de campo y 5 de sus 7 triples, eficiencia enorme la suya, y aportó 11 puntos a los suyos en el último cuarto. Towns empieza a ser el Towns mayor de pasadas temporadas. En ataque va más que sobrado.
Entre los dos sumaron 83 de los 123 puntos de su equipo (llevaban 41 de los 53 anotados por Minnesota al descanso) y lanzaron 55 de los 93 tiros de campo intentados por su escuadra. Hubo unos minutos en el cuarto final que parecía que jugaban ellos dos solos, con el resto de compañeros 'de miranda' en la ofensiva.
Minnesota ganó 119-123 para presentar un balance de 3-2 en marzo. El equipo está creciendo a pesar de jugar sin dos de sus más prolíficos anotadores, D'Angelo Russell y Malik Beasley. Chris Finch parece estar haciendo un trabajo sobrio y concienzudo en el vestuario y la pista. Es verdad que Timberwolves ha tenido que jugar 41 partidos para ganar 10, pero no es menos cierto que los de Mineápolis empiezan a atisbar algo de luz en el horizonte.
Los españoles de Wolves
Fue un partido especial para los dos jugadores españoles de Minnesota Timberwolves. Para Juancho Hernangómez porque se desenvolvió muy bien en la cancha y para Ricky Rubio porque visitaba por primera vez Phoenix desde su salida del equipo.
Rubio (6 puntos, 5 asistencias y 3 robos en 29 minutos) ya había jugado ante los Suns, pero en Mineápolis, el 28 de febrero con derrota para los suyos. Hoy se ha dado el homenaje de ganar en el estado de Arizona. Y mañana se repetirá este Suns-Timberwolves, en lo que será el segundo duelo en 24 horas jugado en Phoenix.
Juancho sumó 14 puntos, 5 rebotes y 2 robos en 22 minutos. Fue el tercer anotador del equipo y logró un mate muy importante en los últimos segundos del partido.
En esa jugada protagonismo total español. En una jugada crucial. Marcador de 119-121 para Minnesota y balón en la banda con 5,9 segundos por jugar. Jugada preparada, o al menos así lo pareció, y Rubio asiste desde el saque de banda para el mate de Juancho que pone el 119-123 definitivo. Perfecta conexión.
Phoenix tuvo a Devin Booker en 35 puntos y 6 asistencias. Chris Paul sumó 17 tantos y 4 robos, Mikal Bridges añadió 17 más 8 asistencias y Deandre Ayton, que acabó eliminado por faltas, concluyó con 14 tantos y 7 rebotes, volviéndose a quedar corto de juego.
A los Suns les mataron las 22 pérdidas de balón que cometieron -Minnesota defendió de forma agresiva las líneas de pase- y los 70 puntos que encajaron en la segunda parte. Dura derrota para los de Monty Williams.