El 5 de febrero Utah batió su récord histórico de triples al endosar 26 a los Hornets. Pues bien, sin abandonar el mes de febrero Utah ha vuelto a superar su registro histórico al enchufarle 28 triples también a los Hornets.
Lluvia de triples para el récord de la franquicia y para una nueva victoria, aunque hay un dato que impresiona por encima de todos: ¡19 de esos 28 triples los metieron los suplentes! Es la mayor marca de triples anotados por la segunda unidad de un equipo en toda la historia de la NBA.
Ganó Utah a Charlotte 132-110 tras lograr un parcial de 41-20 en el último cuarto.
La fiesta fue mayúscula, una más para el equipo de Salt Lake City, que vio cómo 3 de sus suplentes metían 20 o más puntos por cabeza y 19 triples entre los tres.
Joe Ingles acabó con 21 puntos y una serie de 7 de 10 desde más allá del arco, a lo que añadió 6 asistencias, pero el foco se lo terminó llevando Georges Niang, ¡autor también de 21 puntos tras meter 7 triples de 7 intentos jugando solo 16 minutos! Esto debe ser otro récord de algún tipo. Habrá que consultar las cifras históricas, pero a buen seguro que lo es. Meter 7 triples sin fallo en 16 minutos de juego resulta insólito.
El equipo local encestó esos 28 triples con una elevada efectividad del 50,9%, una fiesta perimetral que les hizo ganar permitiédose el lujo de perder nada menos que 21 balones.
Además, 23 puntos y 8 asistencias de Donovan Mitchell, 15 puntos de Mike Conley y doble-doble más 6 tapones de un Rudy Gobert que apenas encaró el aro (un intento de canasta en toda la primera parte y 4 en el partido), pero que intimidó a lo grande y fue, como siempre, muy importante en defensa y en ataque.
Charlotte tuvo la doble desgracia de perder el partido y de sufrir la lesión de Gordon Hayward, su jugador franquicia. El alero tuvo un mal apoyo en el inicio del último cuarto y se retiró a vestuarios con una mano lesionada.
Hayward fue el máximo anotador visitante junto al novato LaMelo Ball. Ambos anotaron 21 puntos. Malik Monk hizo 20, P.J. Washington sumó 17 y Terry Rozier se mostró esta vez como un jugador terrenal.
El partido se quebró con un parcial de 26-2 preñado de triples que desembocó en una ventaja ya irrecuperable jugándose el cuarto final. Ese parcial fue la fiesta de Niang, ¡menuda fiesta! Sus triples llevaron el marcador hasta un claro 111-92 a 8:31 de la conclusión. Entonces estalló en un grito en mitad de la cancha. Nada mejor que esa imagen para reflejar el momento de estos Jazz. Simplemente increíble, mucho más que dulce, alucinante. Estos Jazz son la mejor música de la NBA.