Sideral actuación de Nikola Jokic en la primera parte del Nuggets-Jazz y apoteósico rendimiento desde el triple de su equipo para terminar con la racha triunfal de Utah, que se extendía ya hasta los 11 partidos ganados de forma consecutiva.
Victoria de Denver en el Ball Arena por 128-117 después de llegar a amasar una ventaja de 28 puntos jugándose el tercer cuarto.
Jokic ejerció de mariscal de campo avasallador, sin ningún remilgo a la hora de masacrar al equipo rival hasta límites insospechados. Anotó 22 puntos en el primer cuarto, 33 al descanso y 47 al final del partido para igualar su mejor marca encestadora en la NBA.
El partido se rompió en la primera parte. Denver acabó el primer cuarto 43-29 tras anotar el 80% de sus tiros de campo y todos sus triples (¡8 de 8!). Números de videojuego sin ninguna fidelidad con el mundo real, cifras de ciencia ficción.
El primer tiempo fue una pesadilla para los triunfales Jazz. Nadie podía con Jokic, un jugador que está en el mejor momento de su vida y al que tampoco se le pueden hacer grandes ayudas porque termina asistiendo al mejor compañero situado con la misma facilidad con la que respira.
Al descanso, el baño era de aúpa: ¡79-54! Denver había metido 79 puntos porque sus porcentajes de acierto eran irreales: ¡Un 67,4% en campo y 15 de 17 desde el triple! Sí, ¡Un 88,2% en el lanzamiento de 3, como si Reggie Miller o Chris Mullin estuvieran lanzando tiros libres!
Lo de Jokic era sencillamente un ejercicio de otro mundo, un festín pantagruélico: ¡33 puntos al descanso con 13 de 17 en el tiro de campo y 4 triples sin fallo! Utah se había mostrado ineficaz hasta el extremo a la hora de amansar a la fiera.
En ese festival de triples del primer cuarto, mención aparte también para Will Barton, que acabó la primera mitad con 5 de 5 desde más allá del arco.
En Utah solo había funcionado Bojan Bogdanovic, al que se le está viendo mucho mejor últimamente. El regreso de Donovan Mitchell no había hecho demasiado bien a su equipo, Mike Conley había perdido su plena libertad a la hora de ejercer como base (funciona mejor el equipo cuando Mitchell tira más y bota menos) y Rudy Gobert había vivido durante toda la primera mitad una auténtica pesadilla.
El descanso fue un buen momento para que Quin Snyder ordenara las ideas de los suyos. El tercer cuarto fue otra cosa. Denver salió, obviamente, algo relajado tras su borrachera de baloncesto de la primera parte y Utah partió en el tercer acto con los deberes hechos. La defensa visitante empezó a parecerse a lo que ha de ser una defensa y poco a poco se metió Jazz en el partido, hasta el punto de que pasó en el tercer cuarto de ir perdiendo por 28 puntos a ir cayendo por solo 8 tantos (99-91 tras un triple de Jordan Clarkson).
Fueron la recta final del tercer cuarto y el último período los mejores momentos de un Facundo Campazzo decidido y brillante, un Campazzo que jugó todos los minutos importantes de la recta final del partido y que acabó con 11 puntos y 5 asistencias en 19 minutos. Muy buen desempeño del argentino, incluida una fantástica asistencia a Michael Porter Jr. Estuvo en pista en el momento más delicado para los suyos y funcionó, como lo hizo también en ese momento JaMychal Green.
Denver volvió a estirar la ventaja durante el cuarto final, aunque luego terminara el partido solo con 11 de diferencia. Jokic sumó 47 puntos, 12 rebotes, 5 asistencias, 17 de 26 en el tiro de campo y 4 de 4 desde el triple para firmar 37 minutos formidables.
Además, 18 puntos de Barton y 16 de Jamal Murray en un equipo que no contó con P.J. Dozier y que solo tuvo 9 minutos en pista a Gary Harris (lesión muscular), circunstancias ambas que favorecieron el buen desarrollo de Campazzo.
En Utah, 29 puntos de Bogdanovic, y poco más. Donovan Mitchell sumó 13 con 3 de 12 en el tiro, Conley hizo 12 más 8 asistencias con 2 de 10 y Gobert nunca fue el verdadero Gobert.
Acabaron los locales con un 64,3% desde el triple -18 de 28- (20 triples anotaron los visitantes) y con solo 8 pérdidas de balón, pero sobre todo acabaron dando una gran sensación de equipo tras una primera mitad para enmarcar.