Fue un partido sin freno con un loco final. Fue una gran postal de baloncesto marcada por la superficialidad, un ejercicio lleno de artificio muy propio de esos partidos de temporada regular que se quedan en la cáscara aparentando un hermoso espectáculo.
Llamativo resultado, 149-146 para Wizards ante los Nets, espectaculares estadísticas, 6 jugadores por encima de los 20 puntos y 4 en 30 o más, resolución marcada por un extremo dramatismo y un corazón bombeando sangre a mil por hora, pero a algunos nos queda en el fondo del paladar un extraño sabor a vacío.
El partido se ubicó en el juego de máximas revoluciones y mínimas exigencias defensivas, y su final fue una buena prueba de ello, con errores impropios en momentos cruciales. Aunque no faltaron aciertos en esa recta final -porque los tiros, liberados o no, hay que meterlos-.
Lo cierto es que Russell Westbrook y Bradley Beal se llevaron por delante con su intenso final a unos Nets sin James Harden que algún día tendrán que empezar a defender.
Si el 65-71 de la primera parte ya parecía excesivo, ¡qué decir del 84-75 del segundo tiempo! Pues eso, pura hipérbole. Parcial del último cuarto: 48-38. No se defendió nada ni siquiera en los decisivos últimos segundos.
Al final, 149-146 en un partido sin prórroga, con 41 puntos, 10 rebotes, 8 asistencias y 4 triples de 7 intentos para un renacido Russell Westbrook; y con 37 puntos de Bradley Beal. Entre ambos, 78 puntos. Beal metió 22 puntos en el cuarto final y Russ hizo 15. ¡Y en los últimos 5 minutos anotaron 21 puntos (13 Beal y 8 Westbrook)!
Ganaban Brooklyn 121-130 a 4:54 del final. En esos casi 5 minutos finales, ¡parcial de 28-16! Sí, ¡28 puntos encajados cuando uno tiene que defender al máximo nivel para cerrar un partido!
Nets vencía 141-146 y restaban 12,3 segundos para el final. ¡En esos 12,3 segundos, 8-0 de parcial! Alucinante.
La secuencia fue inolvidable por los aciertos y los imperdonables errores. Con 141-146, Beal recorrió la cancha botando y metió un triple frontal ante la imperdonable defensa de Bruce Brown. Ponía el 144-146 a 8,1 segundos de la conclusión.
A toda velocidad, según encajó su equipo el triple, Joe Harris sacó cuando todavía estaba agachado recogiendo el balón, sin enderezar su espalda, sin una posición natural para hacerlo, con una precipitación inexplicable, más propia de un colegial que de un jugador de su experiencia. Y, como es lógico, el saque de fondo fue un desastre. El balón lo interceptó Garrison Matthews, este se lo pasó con celeridad a Westbrook y Russ enchufó un triple para poner el 147-146 con 4,3 segundos por jugar. El partido había cambiado de rumbo en unos segundos.
Tiempo muerto de Nets. Saca de nuevo Harris intentando conectar de nuevo con Kevin Durant y casi la pierden. Segundo intento. Esta vez ya saca Kyrie Irving, lógico vistos los precedentes, y su saque llega a Luwawu-Cabarrot libre de marca bajo el aro porque la defensa de Wizards ejecuta un horror defensivo. La intimidación de Hachimura evita la canasta fácil. Y ese error en el último segundo de Luwawu-Cabarrot condena a su equipo.
Pero aún hay más. Con 147-146 y 0,7 segundos por jugar lanza 2 libres Beal. El primero lo mete y el segundo, lógicamente, lo tira a fallar pero también lo mete. Ese libre anotado sin querer ejemplifica la naturaleza del partido.
La celebración final es para Wizards (4-12 en la clasificación) frente a Nets (13-9).
Además de Westbrook y Beal, Wizards tiene a sus suplentes con 50 puntos, con Moritz Wagner en 17 e Ish Smith en 13 más 7 asistencias.
En Brooklyn, 37 puntos de un gran Durant, 30 puntos con 8 triples de un enorme Harris que la pifia al final, 26 puntos y 8 asistencias de Irving y 23 de Jeff Green. Todo para nada, 4 tipos anotando 116 puntos para perder el partido. No es de extrañar que Nets esté fichando a jugadores del perfil de Iman Shumpert, no es de extrañar.