Se rompió el sueño de los Cavs. Porque hasta ahora Cleveland estaba soñando despierto. Iba por la temporada con marca de 3-0. Permanecía invicto. Como si nada. Sin darse la menor importancia. Hasta que hoy ha perdido 86-95 ante los Knicks. Otro equipo que ha empezado mejor de lo esperado y que está 2-2.
Cavaliers y Knicks están llamados a perderse en el vacío interestelar. Pero por ahora disfrutan de un pequeño oasis de felicidad. Mientras, el que sí que parece instalado en una gran cuota de felicidad es Julius Randle.
Randle venía de hacer grandes números. Y hoy los ha corroborado. Todo el juego de su equipo pasa por él. Tanto es así que perdió 9 balones y fue la estrella. Porque firmó un gran triple-doble: 28 puntos, 12 rebotes y 11 asistencias. Y no falló un solo triple, 4 de 4. Su primera parte fue primorosa. Con 18 puntos, 8 rebotes y 8 pases de canasta.
El partido no fue un dechado de virtudes. ¡New York fue capaz de ganar perdiendo 25 balones! Con eso queda dicho casi todo. Eso sí, los de Thibodeau defendieron. Y eso siempre se agradece.
El equipo visitante se apoyó en el gran abismo que hubo en el triple. Los locales, mal. Los visitantes, realmente encendidos desde más allá del arco.
Bullock aportó 17 puntos a la victoria. Y Payton añadió 14 con 8 rebotes y 7 asistencias. Otra mala noche en el tiro del joven Barrett. Empezó el curso como un tiro, pero después se está mostrando irregular. Y Mitchell Robinson trabaja bien la defensa. Pero le cuesta demasiado romper en ataque.
Fue el peor partido del mejor Collin Sexton. Su inicio de campaña está siendo espectacular. Había liderado el 3-0 de Cleveland. Esta vez, 20 puntos. No fue su mejor noche. Garland añadió 17. McGee trabajó bien sus minutos. Larry Nance Jr. fue el que más jugó porque es una pieza clave en estos Cavs. Y porque Kevin Love se ha vuelto a caer de la lista. Pero el mejor de todos fue Andre Drummond. El pívot firmó 18 puntos, 17 rebotes, 6 tapones y 3 robos. Partidazo el suyo.
El 5-3 que atesoran ahora mismo estos dos equipos se difuminará rápido. Pero, por ahora, es tiempo de gozar de este inesperado buen inicio. Ya llegarán las vacas flacas. De eso nadie tiene ninguna duda.