Jaylen Brown se marcó un tercer cuarto formidable. Y se fue del partido con una productividad asombrosa: ¡33 puntos jugando solo 19 minutos y 14 segundos! El alero de los Celtics destrozó a los Cavaliers.
Venía Cleveland de ganar dos partidos consecutivos a los Nets. Pues bien, tras la fiesta llegó la resaca, y fue dura. En realidad, muy dura. Porque Boston apabulló a los de Ohio para terminar ganando 141-103.
Lo de Brown fue memorable. Hizo 33 puntos en 19 minutos. Metió 13 de sus 20 tiros de campo. Encestó 20 puntos en su prodigioso tercer cuarto.
El partido careció de cualquier consideración competitiva. El primer cuarto: 38-21. Al descanso, 73-51. Con Kemba Walker y Jaylen Brown en 13 puntos y Marcus Smart con 12. Ataque demoledor local en la primera parte. Y solo 2 pérdidas de balón. Y ya en el tercer cuarto el rapapolvo definitivo. Boston metió 41 puntos en ese tercer acto. Y lo terminó ganando 114-78. Tras haberse puesto con 40 puntos de ventaja poco antes de terminarlo.
Necesitaba un respiro Boston. El equipo había perdido sus 3 anteriores compromisos. Y sigue sin poder contar con Jayson Tatum. Y ese respiro se lo proporcionaron los Cavaliers.
Además de Brown, 21 puntos de Kemba Walker. El alemán Theis sumó 17. Smart se quedó en 12 con 9 asistencias y 5 robos. Y brilló desde la suplencia Carsen Edwards con 18 puntos.
Una buena noticia fue ver jugar buenos minutos al novato Aaron Nesmith. Hizo 11 puntos y 6 rebotes en 17 minutos.
Además, Tristan Thompson capturó 12 rebotes ante su exequipo.
Partido para olvidar de los Cavs. El cansancio hizo mella en ellos. Y un equipo como Cleveland si pierde un poco la concentración se va al garete. De la defensa de los Cavaliers hoy... en fin, los 141 puntos encajados hablan por sí solos.
Tuvieron los visitantes a 7 jugadores en 10 o más puntos. Pero nadie brilló. De hecho, el máximo anotador del equipo solo hizo 13 puntos. Fue Collin Sexton. También hay que decir en su descargo que solo disputó 16 minutos.
Llegaron las rebajas a unos Cavs que estaban en el buen camino. Y llegó una alegría a unos Celtics que estaban perdiendo fuerza. Los vaivenes en este inicio de curso están siendo constantes.