Lakers está ya a un paso de las Finales. Victoria por 108-114 ante Denver para ponerse 3-1. Tercera vez que Nuggets enfrenta en estos playoffs un 3-1 en contra. ¿Podrá fabricar un tercer milagro consecutivo? Cada vez parece una hazaña más compleja.
Lideró Lakers el marcador sin descanso desde el minuto 4 del partido. ¡Nada menos que 44 minutos ininterrumpidos al frente! Lo hizo dando una notable sensación de superioridad. Y a pesar de ello arrastró una ventaja exigua hasta la recta final del encuentro. Porque le costó una enormidad cerrar el partido. Porque nunca se fue más allá de los 12 puntos de ventaja. Y es que estos Nuggets se agarran al rival como pocos. Son una auténtica lapa.
Ganó Lakers con 60 puntos de sus dos estrellas. Pero esta vez tuvieron ayudas. Hasta 4 compañeros anotaron dobles dígitos. Kentavious Caldwell-Pope hizo 13. Está rindiendo bien. Kyle Kuzma sumó 10. Tras una notable primera mitad en la que asumió tiros. Y una inexistente segunda. Pero lo mejor vino de la mano de los veteranos Dwight Howard y Rajon Rondo.
Howard evitó esta vez las estridencias. Se salió de su guion desquiciado. Y se dedicó en exclusiva a jugar al baloncesto. Y lo hizo muy bien. Provocó severos daños al rival. Especialmente en el rebote ofensivo. En la primera parte ya había sumado un doble-doble. Paró bien en defensa a Nikola Jokic. Terminó con 12 puntos y 11 rebotes (6 ofensivos). En 23 minutos. Un partidazo.
Rondo volvió a funcionar en los dos lados de la cancha. Movió bien el balón. Aportó esta vez puntos. Estuvo bien en la recta final del encuentro. Logró 11 puntos, 7 asistencias y 5 rebotes. En 22 minutos. Y de paso superó a Scottie Pippen en la lista de pasadores en playoffs. Ya es el octavo de todos los tiempos.
Fuera de ese dúo vintage que está en pleno revival... las dotes seguras de etos Lakers tienen nombres y apellidos: Anthony Davis y LeBron James.
Davis acabó con 34 puntos y 3 robos. Hizo 10 de 15 en campo. Empezó el partido como un tiro. Anotando canastas sin parar desde aclarados incesantes. Sin fallar un solo tiro. Siendo la pesadilla de Denver. Arruinando el partido de Paul Millsap desde el salto inicial. Tuvo un susto en el último cuarto. Pero su tobillo aguantó. Está a un nivel excelso.
LeBron es un diésel que nunca se detiene. Un diésel que cuando quiere funcionar con gasolina funciona con gasolina. Porque domina la cancha de principio a fin. Es puro baloncesto sobre la pista. Otra vez cerca del triple-doble. Con 26 tantos, 9 rebotes y 8 asistencias. Otra vez competitivo hasta la médula.
Entre ambos lanzaron 28 tiros libres. Y metieron 24. Fueron esenciales, como siempre. Es un dúo histórico.
El mejor de Denver fue Jamal Murray. Con mucha diferencia. Encestó 32 puntos y dio 8 asistencias. Metió el 60% de sus tiros de campo. Jugó 45 minutos. Y fue el rey de las canastas imposibles. Metió varias cestas inverosímiles. Y firmó un canastón ante LeBron James al estilo Michael Jordan. Fue en el segundo cuarto. Canasta para la videoteca.
No fue el mejor día de Nikola Jokic. Empezó muy mal. Su primer cuarto fue horrible. Aunque luego fue aportando. Terminó con 16 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias. Solo lanzó 13 tiros. Se cargó de faltas en el cuarto final. Su equipo le hechó de menos durante muchas fases del encuentro.
Buenas contribuciones de Jerami Grant y Monte Morris. El primero con 17 puntos; el segundo con 12. Y también de Michael Porter Jr. en ataque. Tiene detalles de jugadorazo. En el lado negativo, Paul Millsap (5 faltas en 16 minutos) y Gary Harris.
Nadie podrá decir que Frank Vogel no hizo ajustes. Ya se vieron desde el principio. Puso a Howard como titular. Parecía un camino lógico. Y Howard respondió a lo grande. Con 8 puntos y 8 rebotes en el primer cuarto.
Además, diseñó un inicio de partido con continuos aclarados para Davis. Y la táctica funcionó a la perfección. Hizo daño mental desde el principio a Denver. Como le hizo daño el uso de la zona. Algo ya esbozado en otros partidos.
A Denver le mató por momentos el rebote. Y los puntos ocasionados en segundas oportunidades. Principalmente de ese rebote no protegido. En el primer cuarto cedieron los Nuggets 5 capturas en su aro. Con Howard martilleando el tablero rival. Al descanso ya eran 8 (con 6 de Howard). El equipo controló ese boquete en el tercer cuarto. Con solo una cesión. Pero los demonios regresaron en el momento más inoportuno. En el final del partido.
Hasta 3 rebotes cedieron en su canasta en el momento de la verdad. Con Rondo capturando uno en todo lo alto. En el último minuto. Un rebote que prácticamente evaporó las opciones que le quedaban a los de Malone. Un Malone que apostó durante minutos de la primera parte por el dúo Jokic-Plumlee en pista. Así llegó a ver lo de los tableros el técnico de Denver.
El final del partido fue de todo menos bello. No tuvo brillantez alguna. Fue pura prolongación tediosa con libres y más libres. En los últimos 2 minutos y 2 segundos hubo 13 puntos. Todos desde la línea de castigo. Enorme acierto de ambos equipos: 13 de 14. ¡Ni una sola canasta en juego! Y Lakers aguantó.
Lakers controló esta vez las pérdidas de balón. Solo 9. Y consiguió forzar más tiros libres, 35. Con LeBron James yendo más a la línea. Una cuestión que parecía vedada casi para el de Akron. Había dispuesto de pocos lanzamientos de personal en esta serie.
En el último cuarto dos momentos clave. La quinta falta de Jokic. Tras hacer dos seguidas. Le cayó a 8:06 del final. Y le sacó momentáneamente de la pista. Para luego volver como si fuera un jugador de balonmano. Entrando a cancha para atacar y yéndose a la banda en las jugadas defensivas.
La otra fue la torcedura de tobillo de Davis. Sucedió a 6:44 del final. Afortunadamente pudo seguir jugando. Su baja hubiera sido un varapalo para Lakers.
Las Finales del Oeste están ahora 3-1. Nadie puede creer que Denver vaya a remontar de nuevo. Pero poco importará eso si los Nuggets de verdad lo creen. Si es así, que Lakers se prepare para sufrir a la hora de cerrar la serie.