Fue un partido extraño. Con dos partes bien diferenciadas. La primera loca, caótica, impredecible. La segunda tosca, defensiva, tensa, con poco ritmo. Dos mundos para un mismo partido. Y una ruptura posible a partir de la expulsión de Kristaps Porzingis.
El marcador era 66-71 a favor de Dallas. Restaban 9:02 para el final de tercer cuarto. Entonces llegó la segunda técnica para Porzingis y su expulsión. La segunda técnica llegó en un enganchón entre Luka Doncic y Marcus Morris. Porzingis se metió por medio. No tenía que haberlo hecho. Pero la técnica fue muy estricta. Más aún teniendo en cuenta que la primera fue injusta a todas luces. Los árbitros pitaron falta al letón cuando había hecho un taponazo. Y le cayó una técnica por protestar.
Enfrentar a Clippers sin Porzingis era un acto de fe. Una lucha titánica que no acabó en milagro. Y no fue ese el único error que dejó en entredicho la imparcialidad arbitral. Porque jugándose también el tercer acto los árbitros pitaron la cuarta falta a Doncic. Una falta problemática para Dallas. Una falta inexistente. El esloveno había tocado el balón. Si no llega Mavericks a pedir la revisión por la insistencia de Doncic... al final todo quedó en nada.
Más allá de la polémica arbitral, el partido tuvo varios protagonistas. El más llamativo fue Doncic. Empezó su debut en playoffs el esloveno de muy mala manera. Perdiendo 4 balones a las primeras de cambio. Resbalando de mal modo. Visitando fugazmente los vestuarios. Pero después apareció su mejor versión para hacer historia. Terminó con 42 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes. Tiró bien. Su peor cuestión fue perder 11 balones. Pero esos 42 puntos constituyen un récord anotador en la historia de la NBA. Nunca un debutante en playoffs había anotado tanto.
Pero no sirvió. La tremenda mejora defensiva de Clippers en la segunda parte fue crucial. De encajar 69 puntos en la primera mitad a encajar 41 en la segunda. Como fueron vitales los desempeños de Kawhi Leonard (29 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias) y Paul George (27 puntos). Ambos son una apuesta segura.
La primera parte fue carne de manicomio. Maravillosa. Arrancó con un parcial de 18-2 para Clippers. Parecían los californianos comerse el mundo. ¡Pero luego vino un tremendo 18-48 para Dallas! ¡Hacerle un +30 a Clippers en un ratito está al alcance de pocos! En ese parcial, 9 triples de 13 intentos para Mavs. Y más tarde vino un parcial de 21-7 para Clippers. Esas tres locuras encadenadas nos dejaban un marcador de 57-57. Jugándose el segundo cuarto. Alucinante.
Al descanso, 66-69 para Dallas. El partido era una auténtica montaña rusa. En el intermedio... los Mavs estaban en el 58,3% en el tiro de campo... llevaban un 12 de 21 desde el triple... pero habían perdido ya 13 balones (7 por medio de Doncic).
La segunda mitad fue otra historia. Se empantanó todo. El partido se volvió triste. La expulsión de Porzingis emponzoñó todo un poco más. El parcial de 21-13 en los 12 minutos del cuarto lo dice todo. El encuentro se había extraviado. Muchos parones. Sin ritmo. Sin gracia.
Y en ese universo empezó a reinar Clippers. A partir de la defensa. Pero sin escaparse en el marcador. Fue en la recta final cuando sacó algo en claro el equipo de Rivers. Triples de Patrick Beverley, Marcus Morris y Paul George para definir. Por mucho que Doncic se resistiera como un jabato. Y por mucho que minutos antes Marjanovic y Hardaway Jr. hubieran sostenido por momentos al equipo.
Al final, 118-110. Vital el giro radica del Dallas desde el triple. En la primera mitad, 12 de 21. En la segunda, 3 de 22. Y, por supuesto, las 21 pérdidas de balón del equipo texano.
En Clippers, además de Kawhi y George... 19 puntos y 4 robos de Marcus Morris. Ivica Zubac hizo un doble-doble. Patrick Beverley sufrió problemas con las faltas. Y Montrezl Harrell debutó en la burbuja. No jugaba desde marzo. Estuvo en pista solo 15 minutos.
En Dallas, más allá de Doncic... los 18 puntos de Hardaway Jr. El buen papel de Stephen Curry desde el triple. Y el buen partido de Porzingis hasta que fue expulsado. Lo malo para él y para Dallas es que solo pudo estar 20 minutos en juego.