DeMarcus Cousins lideró esta vez el rodillo de los Warriors, un equipo capaz de ganar sin necesidad de pisar el acelerador. Anoche, ese triunfo llegó sin apuros, sin tener que esperar al cuarto final, ya que el tercer acto fue el decisivo.
Tras un primer cuarto espeso que terminó 19-19, Golden State empezó a funcionar ofensivamente en el segundo, período en el que anotó 34 puntos para irse con 10 de ventaja al descanso (53-43).
Pues bien, tras la reanudación se acabó el partido. Apuraron más los Warriors, siempre con un movimiento de balón ejemplar, hasta un parcial de 35-19 para terminar el tercer cuarto con 26 puntos de ventaja (88-62). Así, el cuarto parcial no tuvo historia, los locales se relajaron y el partido terminó 112-89.
Mucha defensa en Warriors, buen movimiento del balón traducido en 32 asistencias logradas por 10 jugadores y 6 integrantes del equipo en 10 o más puntos sin que ninguno llegara a 20, algo inhabitual en el ADN del equipo.
Cousins, que había estado de baja en los dos anteriores partidos, fue el mejor con 19 puntos y 11 rebotes en 26 minutos, a los que sumó 2 tapones y 4 asistencias. Klay Thompson añadió 18 tantos a pesar de su horrible inicio y Stephen Curry y Kevin Durant hicieron cada uno 15 puntos, intentando abstaerse el alero de la muerte de su amigo del alma Cliff Dixon, que falleció tras ser tiroteado.
Además, debut en casa, estreno cálido, de Andrew Bogut, que venía de protagonizar dos titularidades por la ausencia de Cousins. Lo hizo bien el australiano en los pocos minutos que vio pista.
Indiana no pudo en ataque. El equipo de Indianápolis solo metió el 38% de sus tiros de campo y el 26% de sus triples.
Los visitantes no pudieron contar con Darren Collison y tuvieron en pista a un inoperante Myles Turner. Tyreke Evans -20 puntos- y Thaddeus Young -18- fueron sus mejores piezas, mientras que Domantas Sabonis capturaba 12 rebotes.