San Antonio Spurs tocó fondo coincidiendo con la Rodeo Road Trip, una gira horripilante que puso al equipo en guardia. A partir de entonces, la escuadra de Gregg Popovich mejoró hasta adquirir ahora una velocidad de crucero impresionante.
Spurs ganó anoche 111-105 a Golden State Warriors para sumar su novena victoria consecutiva y situarse ya como quinto equipo del Oeste. San Antonio acumula ya 11 triunfos seguidos en casa. Está en racha. Y gran culpa de ello radica en su mejora defensiva.
Las dos grandes estrellas del equipo funcionaron anoche. DeMar DeRozan firmó 26 puntos, 9 rebotes y 8 asistencias y LaMarcus Aldridge se fue a 23 tantos y 13 rebotes. Les acompañó como suplente de lujo Rudy Gay, autor de 17 puntos.
El equipo local solo perdió 10 balones, defendió mucho y tuvo bajo control a las estrellas de los Warriors.
Ese control llevó a que Klay Thompson terminara la primera parte con 0 puntos tras fallar sus 8 tiros.
Warriors jugó sin DeMarcus Cousins, ocupando su puesto como pívot titular Andrew Bogut, que debutó así en la temporada haciendo 7 puntos y 7 rebotes en 19 minutos de acción.
Stephen Curry metió el tiro más lejano de todos los registrados en la temporada NBA y acabó con 25 puntos, 7 rebotes y 8 asistencias, pero con malos porcentajes de tiro (9 de 25 en campo con empecinamiento desde el triple: 6 de 18). Kevin Durant añadió 24 tantos, Thompson acabó con 14 y Draymond Green no ofreció su mejor rostro competitivo.
El encuentro entró en el último minuto con marcador de 111-105 y así se quedo. Esta vez, los jugadores resolutivos de los Warriors no lo fueron.