Minnesota Timberwolves venció 135-130 a Washington Wizards en un partido con prórroga en el que el triunfo le salió muy caro al equipo local, que asistió a la elevación a los cielos y caída a los infiernos de su gran estrella, Karl-Anthony Towns.
Los últimos segundos del cuarto final resultaron fatídicos para Minnesota. A 8 segundos de la conclusión Towns se dañaba la rodilla en un movimiento sin balón y se retiraba cojo a los vestuarios tras haber hecho un partido magistral. Poco después, Bradley Beal conectaba un gran triple sobre la bocina para empatar a 121 y enviar el partido a la prórroga.
Wolves tuvo que afrontar el tiempo extra sin Towns y sin Andrew Wiggins, que no jugó el partido. A pesar de ello, sacó fuerza de flaquezas y guiado por Derrick Rose y Jeff Teague ganó el partido 135-130, pero a un coste que puede ser muy alto, a la espera de que hoy se evalúe la lesión de Towns.
El dominicano estaba jugando últimamente a un nivel más que estelar. Anoche no bajó el pistón. Hizo 40 puntos y 16 rebotes en 37 minutos tras meter 15 de sus 25 tiros de campo, incluidos 4 triples. Estuvo perfecto desde los libres y fue el gran líder de un equipo que giró siempre en torno a él.
Derrick Rose fue el otro gran jugador local. Decisivo en la recta final y autor de 29 puntos con 13 de 23 en el tiro.
Además, doble-doble de Taj Gibson (15 puntos y 13 rebotes) y buen final de Jeff Teague, que tuvo un horrible desempeño en el tiro con una serie de 2 de 14.
Washington volvió a vivir de un inspirado Bradley Beal, que se fue de la cancha con 36 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias, pero tuvo mucho más, con Trevor Ariza firmando 27 puntos en 41 minutos tras meter 7 triples de 11 intentos, con Bobby Portis haciendo 21 tantos y 12 rebotes, con el suplente Jabari Parker añadiendo 15 con 8 capturas en los aros o con Tomas Satoransky repartiendo 11 asistencias.
A pesar de todas esas contribuciones, los Wizards perdieron y siguen sin enderezar su rumbo lo suficiente para dirigirse a los playoffs.