Se enfrentaban en Oakland el primero y el segundo del Oeste y el partido no tuvo color alguno. Dominio aplastante de los vigentes campeones, cuyos titulares masacraron a los titulares de los Nuggets. Al final, triunfo local por 122-105.
Fue la noche de Klay Thompson. El escolta volvía al juego tras perderse un par de partidos por problemas en una rodilla, y su regreso resultó deslumbrante. Klay metió 27 puntos en una primera parte crucial en la que los Warriors ya adquirieron una poderosa ventaja de 17 puntos (67-50) y concluyó el encuentro con 39 puntos y una serie de 9 triples de 11 intentos, como si tirara libres.
Esa primera parte dejó todo visto para sentencia. Denver no tuvo capacidad de reacción en la segunda y vio cómo tuvieron que ser sus suplentes los que dignificaran el resultado.
El quinteto inicial de Warriors, quinteto de 5 All-Star, marcó las diferencias: ¡Los titulares locales metieron 99 puntos y los titulares visitantes hicieron 47! Un abismo. Y ahora Golden State está con marca de 45-20 por el 43-22 de Denver.
Warriors dominó a su antojo la cancha defendiendo, intimidando, anotando el 54% de sus tiros de campo y metiendo 18 triples con un gran 51% de efectividad, a la par que dejaba a su rival en un pobre 38% en el tiro general.
Kevin Durant hizo 26 puntos con buenos porcentajes, Stephen Curry añadió 17 en una actuación poco vistosa, Draymond Green se mostró intenso y DeMarcus Cousins estuvo en todos los lados, completísimo el pívot con 13 puntos, 6 rebotes, 6 tapones, 6 asistencias y 3 robos. El desastre del equipo ante los Celtics va quedando atrás.
Denver se mostró impotente. Prueba de ello es que dos suplentes fueron sus mejores anotadores con 17 puntos cada uno. Fueron Monte Morris y Malik Beasley. La segunda unidad reparó parte del daño con sus 58 puntos, y en ella se incrustó el español Juancho Hernangómez, aunque jugando solo 3 minutos.
El All-Star Nikola Jokic estuvo bajo control. Hizo 16 puntos, robó 4 balones y no pudo distribuir el juego como suele hacer.