Otra derrota de los Warriors en casa. Esta vez no fue por paliza, llegó por la mínima y en la prórroga merced a un triple anotado por Damian Lillard, que no había tenido hasta entonces una buena noche. Los Blazers ganaron 109-110.
El partido llegó a su final reglamentario con empate a 102 luego de que Kevin Durant hubiera igualado con un triple anotado a 20 segundos del final y de que Damian Lillard hubiera errado un tiro potencialmente ganador.
Pero llegada la prórroga, los términos se invirtieron. Con 109-107 para Warriors, Stephen Curry perdió un balón decisivo a manos de Moe Harkless y Portland tuvo posesión para ganar.
Fue una posesión algo atolondrada y difusa en la que los visitantes pudieron perder el balón, pero este llegó a Lillard y el base se enchufó un triple para poner el 109-110 en el marcador a 6 segundos del final. Entonces, Durant tuvo lanzamiento triunfal y lo erró, justo al revés de lo ocurrido en el final del último cuarto.
Perdió así Warriors otro partido en casa. Poco importó que el equipo diera 36 asistencias o que el rival solo metiera el 36% de sus tiros de campo. Poco importó que Durant firmara un triple-doble (26 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias), que Curry se fuera a 29 puntos con 6 triples o que Draymond Green siga mejorando sus prestaciones. El resultado volvió a ser un fiasco.
Los tiros libres fueron cruciales. Los locales, un lamentable 6 de 15 porque Curry, Durant y Klay Thompson... ¡hicieron un sorprendente 4 de 11! Los visitantes firmaron un gran 21 de 23. En los libres estuvo el partido.
Jusuf Nurkic lideró a Portland desde la pintura con 27 puntos y 12 rebotes. McCollum sumó 24 puntos con 7 de 22 en el tiro y Lillard hizo 21 con 7 de 20. Bien el jugador de origen puertorriqueño Moe Harkless desde la titularidad y bien Seth Curry contra su hermano desde la suplencia. Portland parece un año más un equipo fiable.