Los Lakers jugaban sin LeBron James. Y no se acordaron de él hasta el final porque llevaron controlado el partido ante los Kings durante los primeros tres cuartos y medio. Pero llegada la recta final, la ausencia de James cayó como una losa en el equipo.
Sacramento perdía por 15 puntos (89-104) a 6:44 del final en un partido que parecía sentenciado, pero no lo estaba. Los Kings sacaron fuerzas de su propia flaqueza y remontaron espectacularmente el encuentro hasta ganar 117-116 con un triple sobre la bocina de Bogdan Bogdanovic.
Sacó Sacramento de banda con 4,3 segundos por jugar y 114-116 en el marcador. Balón para Bogdanovic y triple desde los Balcanes, pleno de templanza y determinación. Aquí tenéis ese fantástico triple ganador.
El serbio redondeó así una gran noche en la que fue el máximo anotador de su equipo con 23 puntos (12 en el cuarto final) saliendo desde el banquillo.
El 33-21 del cuarto final mató a unos Lakers huérfanos de decisión en el momento de la verdad. El equipo se quedó sin respuesta, quedando inservibles los 33 puntos de Kyle Kuzma, los 22 de Brandon Ingram o el completo partido de Lonzo Ball, que sumó 20 tantos, 9 rebotes y 12 asistencias metiendo 4 triples de 6 intentos. Sin Rajon Rondo ni LeBron (Ball tampoco jugó el final del partido) el equipo se desmoronó.
Los Kings ganaron pese al apagado juego de Buddy Hield y la mala noche en el tiro de De'Aaron Fox, que rozó el triple-doble con 6 de 20 en el lanzamiento.
Fueron otros los que sacaron las castañas del fuego. Además de Bogdanovic, estuvieron los buenos partidos de Willie Cauley-Stein, Nemanja Bjelica e Iman Shumpert, que enchufó 6 triples y robó 4 balones. Estos Kings funcionan contra todo pronóstico.