Como es habitual, apenas unas horas antes de que se abriera el mercado veraniego de fichajes, la NBA ha hecho oficial el tope salarial para la próxima temporada, la 2018-19, referencia clave para los equipos a la hora de moverse en el mercado. Será de 101,869 millones de dólares.
La cifra es un 2,8% mayor (algo menos de 3 millones) que la fijada la temporada pasada, y coincide con las últimas previsiones que se habían publicado, tras ser revisadas a la baja a lo largo del año. Todos los equipos tendrán que gastar en salarios un mínimo del 90% del tope, es decir, 91,682 millones.
Los equipos solo podrán gastar por encima del tope haciendo uso de las excepciones salariales o en el caso de renovación de aquellos agentes libres cuyos derechos hayan retenido. En todo caso, aquellos clubes que superen los 123,733 millones en gasto salarial en que se ha fijado la tasa de lujo se verán fuertemente penalizados.
Las excepciones de medio nivel quedan fijadas en 8,641 millones, 5,337 y 4,449 para aquellos equipos que no hayan abonado penalizaciones en la temporada anterior, los que sí lo hayan hecho y los que estén por debajo del tope salarial, respectivamente.
En cualquier caso, la fijación del tope anunciado por la liga deja, antes de iniciarse el mercado, con escaso margen de maniobra a muchos equipos cuyos salarios comprometidos ya superan el límite establecido por la liga.