Los Sixers recuperaron a Joel Embiid, tomaron fuelle, se rehicieron y ya tienen de nuevo el factor cancha a favor tras ganar en Miami 108-128. Embiid llevaba 3 semanas de baja tras sufrir una fractura en el hueso orbital el 28 de marzo por un choque con su compañero Markelle Fultz.
En esas 3 semanas, los Sixers jugaron 10 partidos y ganaron 9 mostrando un poderío tremendo. Eso sí, esa única derrota había llegado en el segundo partido de playoffs ante Heat, un mal trago bien recuperado ayer.
Embiid jugó con una máscara negra, una máscara de fibra de carbono para proteger la zona lesionada, y no le fue fácil jugar con ella.
Al jugador se le vio incómodo. Embiid se retiraba la máscara para lanzar los tiros libres y también se la quitó alguna que otra vez en medio del partido, incluso en un momento dado la máscara se desestructuró tras un golpe y el pívot tuvo que abandonar la cancha.
Pero más allá de todos esos inconvenientes, Embiid fue acostumbrándose poco a poco a su nueva condición y jugó de menos a más hasta convertirse en el máximo anotador de su equipo.
Gran debut en playoffs
El jugador de Sixers terminó en su primer partido de playoffs de su carrera NBA con 23 puntos, 7 rebotes, 3 tapones, 4 asistencias y 3 triples en 30 minutos de acción en los que se fue 15 veces a los tiros libres. Muy buenos números.
"Resultó molesto", reconoció tras el partido el jugador en alusión a jugar con máscara. "Estoy muy orgulloso de lo que hizo", afirmó tras la victoria su entrenador, Brett Brown.