Julius Randle estaba llamado a ser un buen jugador de la NBA. Brilló como universitario en la prestigiosa Kentucky, fue la elección 7ª en el draft de 2014, pero en su primer partido como profesional sufrió una grave lesión. Desde entonces, había brillado a ráfagas. Ahora, todo ha cambiado.
Después de solo jugar un partido como novato, disputó 81 en su segundo año, 74 en su tercero y lleva ya 76 en el presente curso. Es decir, su físico se ha mantenido a gran nivel, sin lesiones. Pero no ha sido hasta ahora cuando el jugador ha explotado y ha emergido en la pista ofreciendo su mejor baloncesto.
Randle presenta mejores números que en los dos años anteriores jugando 2 minutos menos. Un gran mérito. Todo gracias a un mes de febrero notabilísimo y a un mes de marzo formidable que le ha disparado en la estadística.
El jugador texano ha ido ganando tiempo en cancha mes a mes según su juego mejoraba y la confianza de Luke Walton en él crecía.
Dos meses a un grandísimo nivel
Acabó febrero promediando 19,4 puntos, 9 rebotes y 4,3 asistencias en 31,9 minutos tras meter el 59% de sus tiros de campo. Pero es que terminó marzo con medias en 15 partidos de 22,3 puntos, 9,9 rebotes y 2,6 pases de canasta en 34,8 minutos tras encestar el 57% de sus lanzamientos en juego.
Randle, que solo tiene 23 años, es titular indiscutible en unos jóvenes Lakers que están esperando al mercado estival para encontrar en él a una o dos grandes estrella que revitalicen el alicaído ánimo de la afición.
Los que más suenan son LeBron James y Paul George, aunque los medios de Los Ángeles, como pasa en Nueva York con Knicks, casi siempre tienden a sobrevalorar las opciones de Lakers en el mercado.
Lo cierto es que Julius Randle será agente libre en julio. En esa tesitura, se está fabricando un gran camino para acudir al mercado en la mejor condición. Sería un jugador muy valioso para cualquier equipo, también para los Lakers, pero si llegaran LeBron y George... ¿tendría sitio Randle en el equipo de Walton?