Tenía ganas, muchas ganas, de enfrentarse a Cleveland. Isaiah Thomas tenía una cuenta pendiente, una cuenta muy muy grande, necesitaba reivindicarse, generar autoestima ante una situación hiriente, la vivida por el jugador en su corta estancia en los Cavaliers.
Anoche, Thomas recibía como jugador de Lakers a los Cavaliers de LeBron James, y la noche no pudo ser más feliz para el 2 veces All-Star.
Su equipo ganó 127-113 y Thomas ofreció un buen rendimiento. Se le vio muy motivado y esa motivación extra le dio alas para hacer 20 puntos y 9 asistencias en 31 minutos de juego como suplente. Parece claro que Luke Walton ha sabido integrar mejor a Thomas en los Lakers que lo que supo hacerlo Tyronn Lue en los Cavaliers.
El de Tacoma llegó lesionado a los Cavs en el traspaso de Kyrie Irving, estuvo meses esperando su debut, se estrenó con gran apoyo de la grada, pero apenas jugó 15 partidos antes de ser traspasado. Demasiado dura la situación como para ser asumida fácilmente.
En Lakers, su juego está creciendo. Sin ir más lejos, marzo está siendo su mejor mes, un mes en el que promedia por ahora 18,7 puntos y 7 asistencias en 6 partidos. Evidentemente, no es el Thomas de los Celtics, pero quiere demostrar que la lesión de cadera no ha terminado con su explosividad. Y en eso está.