Kevin Love no era el problema. Al menos, eso se deduce del paupérrimo rendimiento que Cleveland Cavaliers sigue ofreciendo una vez el ala-pívot se ha caído de la competición. Anoche, nueva humillación, nuevo bochorno televisado para todo Estados Unidos.
Houston Rockets le sacó los colores a Cavaliers. Lo hizo sin Trevor Ariza y Eric Gordon en pista y con un James Harden menor que solo sumó 16 puntos y 9 asistencias con 1 de 11 desde el triple.
Los de Mike D'Antoni estuvieron acertados desde el triple, atacaron con facilidad y volvieron a demostrar que atesoran una defensa de nivel. Todo ante un equipo cuyo trabajo defensivo es simplemente vergonzoso.
Desde el principio se intuyó la debacle local. El primer cuarto acabó 20-32 y al descanso el partido había acabado: ¡39-65 en el descanso! Ya no hubo competencia.
Chris Paul fue esta vez el verdadero líder de Houston con 22 puntos, 11 asistencias, 8 rebotes, 6 triples y 0 pérdidas de balón en 27 minutos de acción. Hizo lo que quiso.
También brilló Ryan Anderson (21 puntos, 8 rebotes y 5 triples). Lo hicieron bien Clint Capela y Gerald Green, aportando ambos desde la titularidad y la suplencia, respectivamente. Y Houston ya está con un balance general de 38-13 por el 30-21 que presenta Cleveland.
No funciona ni LeBron
Hasta LeBron James ha entrado en crisis. Ante Houston, el de Akron solo anotó 11 puntos. Cierto que se quedó cerca del triple-doble, pero solo aportó 11 puntos con un 30% en el tiro. Números impropios de él.
Nada funcionó en los locales. Baste decir que sus máximos anotadores anoche, Isaiah Thomas y J.R. Smith, solo encestaron 12 puntos.
El ataque fue una ruina, con el equipo por debajo del 40% de acierto en el tiro, y no hubo defensa una vez más.
El español José Manuel Calderón jugó 3 minutos cuando el partido ya estaba roto.