Se acabó la racha triunfal como foráneos de los Warriors. El equipo de Steve Kerr llevaba sin perder fuera de casa desde el 22 de noviembre y acumulaba ya 14 victorias consecutivas como visitante... hasta que llegaron los Rockets y apareció el mejor Chris Paul.
Paul dio la medida de lo que se espera de él. Tiene que ser el elemento diferenciador en estos Rockets, el jugador que abra la puerta a Houston transformándolo de un equipo ganador a un equipo campeón.
Anoche fue así desde el principio. Es cierto que James Harden metió 3 triples en los primeros 2 minutos de partido, pero no lo es menos que a partir del primer cuarto Paul (8 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias en ese primer acto) se hizo con las riendas del equipo de una forma desbordante.
Desbordante fue el 40-28 del primer cuarto con los locales anotando el 71,4% de sus tiros de campo y 7 de sus 11 intentos triples. Fue un primer cuarto en el que Harden y Paul hicieron las delicias de todos con su juego de manos y piernas, con su control de la bola, en el que el joven Clint Capela mostró que está cargado de porvenir y en el que Kevin Durant exhibió su clase.
Pero estos Rockets igual que fueron capaces de meter 40 puntos en la apertura, fueron capaces de dejar a Warriors en 17 puntos en los 12 minutos finales. Eso configura un equipo ganador.
Ventaja en el cuerpo a cuerpo
La victoria por 116-108 coloca a los de Mike D'Antoni con ventaja en el cuerpo a cuerpo esta temporada. Ya ha habido 3 enfrentamientos y Houston domina a Golden State 2-1. Parece que la tendencia va cambiando tras sufrir una eliminación tras otra en playoffs a manos de estos infranqueables Warriors.
Los locales ganaron dominando el rebote y aprovechando las 19 pérdidas de balón del rival, vencieron a partir del dominio de pista de un gran Chris Paul, que terminó con 33 puntos, 11 rebotes, 7 asistencias y 6 triples.
Lo lograron salvando serios obstáculos, problemas como las bajas por sanción de Trevor Ariza y Gerald Green o la negada noche en la ofensiva de Eric Gordon, que acabó con 2 de 14 en el tiro de campo y 0 de 9 en triples.
James Harden (22 tantos, 8 asistencias y 5 triples) y Clint Capela (18 puntos y 4 robos) secundaron al genio de Paul, Luc Mbah a Moute completó una gran primera parte y Ryan Anderson brilló en el rebote. Todo ello en la habitual rotación corta de Houston, esta vez de 8 hombres.
Golden State sufrió su décima derrota del curso a pesar de los 26 puntos de Kevin Durant y los 21 de Draymond Green. Ellos fueron los mejores del conjunto californiano. Stephen Curry sumó 19 puntos, 8 asistencias y 5 triples, pero con 6 de 20 en el tiro, y Klay Thompson anduvo gris. Entre los suplentes, notables actuaciones de dos lujos de la segunda unidad: Nick Young y David West.