El día y la noche. Lonzo Ball se desinfló en Arizona. Venía de hacer un triple-doble histórico. Y ante los Suns firmó un partido mediocre. Ni siquiera jugó en el cuarto final. Cuando se decidía el encuentro. Por decisión de su entrenador, Luke Walton.
Sin Ball en la pista, los Lakers ganaron 93-100. Con Jordan Clarkson al frente (25 puntos desde la suplencia). Con doble-doble de Brook Lopez. Defendiendo bien a un equipo con pocos recursos.
Phoenix tuvo una carta a jugar por encima de todas. La de Devin Booker. Como siempre. Este joven es algo más que un tirador. Pasa bien, penetra bien... su juego abarca más que la simple amenaza de perímetro.
Anoche, 36 puntos. Otra jornada para enmarcar sin equipo de apoyo. Apenas estuvieron con él T.J. Warren (23 puntos) y el croata Dragan Bender. Además, 15 rebotes del veterano Tyson Chandler.