Derrick Rose está intranquilo. No es para menos. El jugador de Knicks está metido en un asunto más que delicado. En un buen lío. Un proceso que está en pleno apogeo. Sin ir más lejos, Rose no pudo jugar el sábado el partido Knicks-Nets porque tenía que estar en Los Ángeles.
Mientras sus compañeros jugaban el amistoso, Rose estaba en un juicio en Los Ángeles. Un juicio en el que pesan sobre él graves cargos.
Rose está ante un serio problema. Una exnovia acusa al jugador y a dos amigos de éste de violarla en una mansión de Beverly Hills. Antes, según su versión, introdujeron algún tipo de droga en su bebida. Los acusados niegan tales extremos y aseguran que mantuvieron relaciones sexuales consentidas con la joven.
De hecho, el MVP de 2011 asegura que interpretó unos mensajes de texto de la mujer como una prueba de su interés por mantener relaciones sexuales.
El nuevo jugador de New York no pudo jugar el sábado. Y no está claro que vaya a poder hacerlo el lunes ante Wizards. El juicio se reanuda el martes y Rose tiene que estar en él.