Los Warriors son mucho más que Stephen Curry. Y los Rockets son bastante menos que un equipo. La suma de sus jugadores no da el resultado esperado. Anoche, esa suma naufragó en el momento clave. Victoria apabullante de Golden State, que ya está en segunda ronda.
Apabullar es poco: 114-81. Hubo 33 puntos de diferencia entre unos Warriors sin Curry y unos Rockets con solo James Harden en ataque. El partido terminó según empezó: 37-20 en el primer cuarto. Luego, +22 al descanso, +30 al final del tercer cuarto... Todo muy fácil. Demasiado fácil.
Klay Thompson fue el líder perfecto. Acabó con 27 puntos y 7 triples. No necesitó llegar a los 30 minutos jugados. Además, Shaun Livingston solo erró un tiro de campo y se fue a 16 puntos. Draymond Green hizo 15 rozando el triple-doble. Y Brandon Rush aprovechó la inercia del equipo para meter otros 15.
Golden State metió el 55% de sus tiros de campo, repartió 30 asistencias y solo perdió 9 balones. Atacó de cine. Defendió de libro.
Houston ofreció su peor cara. Solo el ataque de Harden (35 puntos) y el rebote de Dwight Howard (21 capturas). El equipo lanzó mal, incluso Howard hizo un 3 de 13 en el tiro de campo, y no ofreció nada. Trevor Ariza terminó con 2 puntos tras fallar los 7 triples que tiró. Y Jason Terry, gallito antes del partido, no anotó un solo lanzamiento en toda la noche. Los Rockets se van de mala manera de los playoffs.