Suspiro de alivio en Chicago al conocer el alcance de la lesión de una de sus máximas estrellas, Jimmy Butler. El escolta no tiene dañado seriamente ninguno de los ligamentos de la rodilla izquierda, tal y como se temió en un primer momento, y se espera que su baja no sea prolongada.
Butler se retiró en el segundo cuarto del encuentro entre Bulls y Nuggets tras escuchar un chasquido en su rodilla, una preocupante señal que suele producirse cuando uno de los ligamentos de la articulación se rompe. El escolta de los Bulls salió de la cancha con la máxima precaución, en una silla con ruedas, para evitar cualquier apoyo que pudiera agravar la lesión.
La preocupación en la franquicia era máxima, pero la resonancia magnética a la que se sometió ayer el jugador no mostró daños en los ligamentos, algo que habría acabado con su temporada. Tan solo existe una distensión de los tejidos blandos de la rodilla.
De momento, los Bulls no han dado una fecha para el regreso de Butler, que no jugó anoche ante los Timberwolves, a la espera de su evolución y de evaluaciones más detalladas de su rodilla por parte de los médicos pero, aun en el peor de los casos, su ausencia no se espera que sea superior a unas pocas semanas. Podría volver incluso bastante antes. Todo un alivio para la franquicia de Chicago.