Ambiente distendido, como suele ser habitual, en la visita a la Casa Blanca del equipo campeón de la NBA, esta vez los Warriors. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, un gran aficionado al baloncesto, volvió a hacer gala de su humor durante la recepción.
Obama tuvo tiempo para imitar a Stephen Curry y lamentar la ausencia de su hija Riley, la pequeña que se ha convertido en los últimos tiempos en una auténtica estrella mediática a la sombra del estrellato de su padre.
El presidente estadounidense no se contuvo a la hora de elogiar a un equipo que está "revolucionando" el baloncesto, según dijo. "Son tan buenos que parece que están inventando el juego", reconoció Obama cuando habló del vigente campeón de la NBA y líder de la presente temporada con una imponente marca de 45 victorias y solo 4 derrotas.
Steve Kerr, entrenador de Golden State, entregó a Obama una camiseta de Warriors con el número 44, una cifra no elegida al azar, ya que Barack Obama es el 44º presidente de Estados Unidos.
El máximo mandatario estadounidense es un reconocido aficionado al baloncesto al que de vez en cuando se le puede ver en los pabellones como espectador y que practica dicho deporte en la propia Casa Blanca, ya que cuenta con una pista de baloncesto.