El Hack-a se está haciendo fuerte en la NBA. El número de faltas intencionadas cometidas sobre jugadores que lanzan mal los tiros libres ha ido creciendo año a año y en la presente temporada se ha disparado. Los números son incuestionables.
Si la pasada temporada hubo 164 faltas intencionadas, en lo que va de la presente, apenas superado el ecuador, la cifra se ha disparado hasta las 223, según un recuento oficioso de la propia liga que no incluye la jornada de ayer.
La palma en cuanto a jugadores a los que se les hacen las faltas se la llevan DeAndre Jordan, Dwight Howard, que en el pasado llegó a lanzar 39 libres en un solo partido, y Andre Drummond, que esta semana batió un récord negativo en la NBA tras fallar 23 tiros libres al hacer una serie de 13 de 36 en 23 minutos.
La liga decidió el pasado verano no cambiar la normativa, lo que ha permitido que este tipo de faltas sigan cometiéndose.