Cleveland venía de jugar 24 horas antes un duro partido que había perdido por 2 puntos en Chicago y presentaba una penosa pretemporada plagada de derrotas, mientras que Memphis venía de un 6-1 en la preparación. Sin embargo, se produjo el terremoto.
Se esperaba un partido igualado, pero las expectativas se incumplieron por completo y los Grizzlies protagonizaron un arranque de pesadilla ante su afición en el FedExForum: ¡76-106!... 30 puntos abajo como locales.
Memphis, que firmó 55 victorias la pasada campaña, solo anotó 10 puntos en el primer cuarto al estar por debajo del 20% en el tiro de campo. ¡Y jugándose el segundo acto ya perdía 15-43! En realidad, toda la noche fue un querer y no poder con los Cavaliers dándose un paseo a pesar de no contar con Kyrie Irving y disponer de un LeBron James en clave menor. Se notó en la espalda del de Akron el hecho de jugar 2 partidos en 24 horas.
De hecho, los Cavs vencieron con LeBron anotando solo 12 puntos y sumando un 4 de 13 en el tiro de campo. Fueron otros los que sobresalieron. Kevin Love el que más con 17 puntos y 13 rebotes, pero también los suplentes Matthew Dellavedova, Richard Jefferson y Dante Cunningham.
Memphis por los suelos
El entrenador local, Dave Joerger, sintetizaba perfectamente el origen de los males de su equipo: "Cometimos muchos errores inusuales". No resulta inusual que Memphis tire mal de 3 -anoche hizo un 2 de 16-, pero sí que defienda mal, que pierda la concentración desde el inicio, que se atasque de un modo tan brutal en ataque -metió el 35% de sus tiros- y que no domine la pintura: el rebote fue de Cleveland.
Con todas estas circunstancias, Memphis pasó de la pretemporada ideal al inicio de campaña no deseado. Ahora, el equipo de Marc Gasol, tan gris como el resto de sus compañeros, solo puede mejorar. Hacerlo peor es casi imposible. Todo ello sin desmerecer el gran partido que hizo Cleveland.