La prórroga supuso una doble desgracia para Cleveland. Por una parte, solo anotó 2 puntos en los 5 minutos extra para perder el primer partido de las Finales ante los Cavaliers. Por otro, el equipo volvió a perder por lesión a Kyrie Irving, que hasta ese momento había brillado y había mostrado un gran tono físico.
Llegaba Irving bastante tocado a las Finales, pero se marcaba un gran partido: 23 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias y 4 robos de balón. Hasta que llegó la fatídica jugada. Con 102-98 en contra y algo más de 2 minutos de la prórroga por jugar, Irving abordó a Klay Thompson y la jugada acabó con el jugador de Cavaliers abandonando cojo el partido camino de los vestuarios.