Se fue desolado de la pista, como el resto de sus compañeros, pero la noche había sido una invitación al más alegre optimismo para él y para su equipo en general. Porque Houston no solo tuvo en cancha a Dwight Howard, sino que lo tuvo a un excelente nivel.
Howard se había dañado la rodilla izquierda en el primer partido de las Finales del Oeste ante Warriors al caerle encima su compañero Josh Smith. Sucedió en el primer cuarto. El pívot tuvo que retirarse a vestuarios para luego volver y seguir jugando, pero llegado el último cuarto tuvo que abandonar definitivamente el partido.
El jugador era duda para el segundo encuentro tras revelarse que no padecía nada serio en la rodilla dañada. Y jugó. Lo hizo como titular. Eso sí, lo que pocos esperaban es que la rodilla le respondiera tan bien y él rindiera de tan notable forma.
Una pista de lo bien que se encontró el pívot es que jugó 40 minutos. En ese tiempo logró 19 puntos, 17 rebotes y 2 robos de balón.
Protagonizó Howard dos jugadas importantes, ambas culminando alley-oops asistidos por James Harden. La primera para llevar el partido al descanso con 55-55 tras remontar 17 puntos de desventaja y la segunda para poner a su equipo a un punto (99-98) en la recta final del encuentro. Sin embargo, esa conexión Harden-Howard se atascó en la jugada final. De ahí que el dolor de Howard anoche fuera más anímico que físico.