San Antonio se ha rehecho con una facilidad pasmosa. El equipo texano ha devuelto el golpe a los Heat y lo ha devuelto a lo grande: ganando por 19 puntos en Florida en el tercer partido de las Finales para recuperar su ventaja de campo.
La victoria ha tenido su origen en un brutal primer tiempo en el que los Spurs han bordado el baloncesto ofreciendo un juego de la más alta escuela con una ofensiva imparable a partir de un movimiento de balón inabordable para la defensa local.
El resultado de todo ello ha sido catastrófico para Miami: ¡50-71 en la primera parte tras meter San Antonio 41 puntos en el primer cuarto y finalizar los primeros 24 minutos con un récord histórico de acierto en el tiro de campo en unas Finales!. ¡Porque San Antonio ha metido en la primera parte el 75,8% de sus tiros de campo!.
En la segunda parte, los Heat han llegado a rebajar a 7 puntos la desventaja que llegó a ser de 25 en la primera mitad, pero no han podido ir más allá. San Antonio ha controlado perfectamente la situación para acabar ganando con facilidad y todo merecimiento ante unas gradas despobladas porque la afición de Miami había desertado en masa minutos antes de acabar el partido.
Miami 92 San Antonio 111 (1-2)
La mancha blanca que abarrotaba las gradas del AmericanAirlines Arena comenzó el partido cargada de pasión y lo terminó antes de tiempo, desertando del pabellón cuando el partido todavía estaba en juego y dejando a su equipo huérfano de apoyo cuando sonó el bocinazo final.
Fue una noche dura para los Heat, que venían de ganar en San Antonio para darle la vuelta al factor cancha, pero esa ventaja duró poco, porque Spurs hizo un memorable primer tiempo y soportó la presión en el segundo para ganar fácil en Florida y reivindicar su condición de equipo preparado para todo.
El inicio ya desveló las vueltas que había dado la cabeza de Gregg Popovich tras la derrota en Texas. Para empezar, cambio táctico de inicio con Boris Diaw como titular en lugar de Tiago Splitter, un Diaw que más allá de sus números, muy engañosos para quien no viera el partido, fue pieza importante en el engranaje perfecto de Spurs. Además, Matt Bonner fue incluido muy pronto en la rotación mientras que Marco Belinelli lo hacía mucho más tarde. Y a Miami se le vio perdido.
El primer cuarto de San Antonio fue célico, simplemente para enmarcar: 26-41. Los Spurs cerraban el cuarto con un triple contra tablero y sobre la bocina anotado con suerte por Manu Ginóbili. La defensa local había sido un coladero ante el perfecto movimiento de balón de los visitantes, que acabaron el cuarto con 41 puntos, un 86,7% en el tiro de campo, 4 de 4 triples, 13 libres lanzados, 9 asistencias y solo 2 pérdidas, una máquina de hacer baloncesto con Kawhi Leonard en éxtasis baloncestístico (16 puntos) y LeBron James luchando en solitario contra el vendaval (14 de los 25 puntos de su equipo).
El segundo cuarto agravó la situación de Miami. Un triple de Patty Mills ponía 20 arriba a Spurs (48-68). San Antonio ya había metido 50 puntos en los primeros 15 minutos de juego con 24 tantos anotados desde la pintura y 16 procedentes de sus suplentes. Y poco después el equipo de Popovich alcanzaba su máxima diferencia del partido, un +25 con un 30-53. Por entonces, el dúo Kawhi Leonard-Danny Green sumaba más puntos (31) que todo Miami (30). ¡Y Leonard y Green llevaban 12 de 12 en el tiro de campo!. La perfección existía.
Un par de triples de Rashard Lewis le dio un poco de aire a Heat, que llegó a reducir de 25 a 14 la diferencia, pero San Antonio se rehizo y se plantó en el descanso con un tremendo 50-71 tras batir el record de eficacia en el tiro de campo en la historia de las Finales NBA: ¡25 de 33, un 75,8%!. De este modo, el fantástico 56% de Miami parecía una banalidad. San Antonio había jugado a su antojo, de una forma feliz y maravillosa, con Kawhi Leonard, Danny Green, Tim Duncan y Tony Parker en cabeza anotadora, pero con jugadores como Diaw, Splitter o Ginóbili aportando también mucho al colectivo. En Miami, James, Lewis y poco más. Decepcionantes Dwyane Wade y Chris Bosh, y desastroso una vez más Mario Chalmers.
El tercer cuarto fue el mejor territorio de Heat porque el equipo mejoró mucho defensivamente, dejando al rival en 15 puntos, y porque despertó en la ofensiva Wade, que metió 11 puntos en el cuarto, estuvo hiperactivo y ocupó gran parte del espacio y el tiempo de los suyos. Miami llegó a acortar a 7 la desventaja ante el rugir de una grada hasta entonces dormida, pero San Antonio aguantó el tirón como pudo, no permitió que su ventaja bajara de 7 puntos y terminó el cuarto 11 arriba para apuntillar a su rival en un último cuarto en el que jugó con maestría su ventaja en el marcador dando incluso respiros a Parker y Duncan.
Victoria final por 92-111 de Spurs con 29 puntos de un brutal Leonard, que hizo un 10 de 13 en el tiro. Además, 15 puntos, 5 robos y un 7 de 8 en el tiro en solo 21 minutos para Green, otros 15 tantos para Parker y 14 con 6 rebotes para Duncan. El argentino Ginóbili ha sumado 11 puntos en 27 minutos y Diaw ha hecho un gran partido saliendo de titular.
En Miami, 22 puntos, 7 asistencias y 5 robos de James, que perdió 7 balones, pero hizo un buen partido, otros 22 puntos de Wade, que brilló especialmente en el tercer cuarto, y 14 de Lewis, que sigue haciéndolo inesperadamente bien en estas Finales. Decepcionante, por el contrario, el partido de Bosh, otra vez horrible Chalmers y debut en las Finales, aunque solo jugara los últimos 96 segundos, de Greg Oden.