Todos habíamos dado por finalizada la temporada de Serge Ibaka. También su equipo y también su propio entrenador, Scott Brooks, que esta misma semana descartó que Ibaka fuera a jugar ante Spurs o en unas hipotéticas Finales de la NBA ante los rumores que hablaban de una posible recuperación 'milagrosa'.
Ibaka sufre una lesión muscular en un gemelo y ya se dijo que se perdería lo que resta de playoffs, pero parece que la situación desesperada de su equipo podría forzar su regreso.
OKC va perdiendo 2-0 las Finales del Oeste tras caer ante San Antonio por 17 y 35 puntos. Parece evidente que la baja del jugador congoleño está matando a su equipo. No en vano, Ibaka es el mejor defensor en la pintura y la única aportación ofensiva de los hombres altos de Thunder. Las consecuencias de su baja: Spurs metió 66 puntos en la pintura en el primer partido y Kevin Durant y Russell Westbrook apenas aportaron en la ofensiva en el segundo porque resultan más fácilmente controlables ante la ausencia de amenazas interiores.
Forzar al máximo
Desde los Thunder se asegura que el jugador ha realizado "progresos significativos" en relación a la lesión muscular que padece. Y su estatus ha pasado de baja indefinida a día a día. Esto es, el jugador será controlado a diario por si pudiera volver al juego.
Parece claro que Ibaka no está para jugar, pero que tanto jugador como equipo están dispuestos a asumir los riesgos que implicaría un regreso prematuro. Un regreso que podría acarrear una lesión de mayor envergadura, lo que podría afectar a la participación de Ibaka con la selección española este verano.