Toda la tensión vivida en la pista en el séptimo partido pareció acabar con el bocinazo final. Victoria de Clippers ante Warriors por 126-121 para imponerse 4-3 en la serie, saludos en cancha, buenos modales, deportividad.
Pero solo era una fachada ante las cámaras, porque poco después se desencadenó una monumental bronca en los vestuarios en la que no hubo agresiones físicas, pero que obligó a la intervención de la policía para evitar males mayores.
La bronca, exclusivamente verbal, fue multitudinaria. USA Today habla de que intervinieron al menos 8 jugadores y el técnico visitante Mark Jackson.
Los gritos en el vestuario local
La chispa que prendió la mecha fueron los gritos de jolgorio y victoria procedentes del vestuario de Clippers, entre los que se escucharon algunas palabras poco edificantes dirigidas al rival. Y el primero en liarla poco después en el túnel que comunica ambos vestuarios fue el jugador de los Warriors Marreese Speights.
Poco después, según los testigos, cuando parecía que todo se dirigía hacia la calma la simple presencia de Chris Paul, que se mantuvo al parecer en silencio, volvió a encender la mecha en una disputa verbal subida de tono en la que intervinieron los locales Glen Davis, Matt Barnes y parece que también Blake Griffin y los visitantes Jermaine O'Neal, Stephen Curry y Steve Blake. A los que se unió el entrenador de los Warriors, Mark Jackson.
Todos ellos se vieron envueltos en la refriega verbal sin que se sepa muy bien quién avivó el fuego y quién intentó apagarlo.
Lo cierto es que después de un grandísimo espectáculo en el séptimo partido y en la eliminatoria, parece que también hubo espectáculo, pero no grande, fuera de la cancha.