La temporada de Larry Sanders se ha acabado prácticamente. De cumplirse las mejores estimaciones podría volver a finales de marzo para afrontar la recta final de la temporada regular, pero bien podría no llegar a tiempo para jugar más partidos en la presente campaña.
El pívot de Milwaukee Bucks se sometió ayer jueves a una intervención quirúrgica para reducir la fractura del hueso orbital del ojo derecho que sufría y los médicos estiman que deberá permanecer de baja como mínimo 6 semanas.
Sanders se lesionó ante Houston Rockets. Fue en el primer cuarto, en la lucha por un rebote. Recibió un codazo involuntario de James Harden.
La campaña de Sanders, a las puertas de empezar a cobrar un gran salario la próxima temporada, no corresponde para nada con la extensión que firmó con los Bucks, una extensión de contrato por 4 años a razón de 44 millones de dólares.
Lo cierto es que todo empezó ya mal con su pelea en un local nocturno. Luego, ni ha tenido suerte con las lesiones, ni ha rendido como se esperaba. Solo ha jugado 23 partidos. Todo ello en un equipo, Milwaukee, que es el peor de la NBA con solo 9 victorias en su haber.