Malas noticias para Derrick Rose y Chicago Bulls, aunque podrían haber sido aún peores. La resonancia magnética a la que se ha sometido hoy el jugador revela que no tiene dañados los ligamentos de la rodilla derecha, pero sí sufre un desgarro en el menisco interno.
Dependiendo del alcance de ese desgarro, la recuperación será más o menos larga, aunque lo que está claro es que tendrá que pasar por el quirófano y que con casi toda seguridad estará varios meses de baja y podría llegar incluso a perderse toda la temporada, extremo éste que se baraja ahora mismo con fuerza. En todo caso, el tiempo estimado de recuperación no se conocerá con seguridad hasta después de la intervención.
Hay que tener en cuenta que estamos ante un jugador que acaba de volver de una gravísima lesión que afectó al ligamento cruzado anterior de la otra rodilla, la izquierda, por lo que la recuperación se antoja más compleja y, posiblemente, más lenta.
Por el momento, Chicago Bulls le ha colocado como baja indefinida y ha preferido no hablar de plazos de recuperación.
Sin contacto alguno
Derrick Rose se lesionó anoche sin que mediara contacto alguno con otro jugador. Fue en el transcurso del tercer cuarto del Portland-Chicago. El base intentó perseguir a un rival que botaba el balón y su rodilla cedió.
Desde el primer momento se vio que la cosa no pintaba bien y Rose terminó retirándose a vestuarios. Su siguiente imagen fue abandonando el pabellón apoyado en dos muletas.
Rose había regresado tras perderse toda la temporada pasada después de haber sido anteriormente MVP en 2011 y 3 veces All-Star.
En la presente campaña, su rendimiento no estaba siendo todavía el esperado. Promediaba 15,9 puntos y 4,3 asistencias con un pobre 35% en el tiro de campo.
Ahora, el equipo se vuelve a quedar sin su estrella, una estrella que cobrará 17,6 millones de dólares y que no podrá mostrar su calidad en la cancha, una estrella que estará además con una doble espada de Damocles sobre su cabeza, ya que tiene, a los 25 años, las dos rodillas en tela de juicio. El varapalo para el jugador, para la franquicia y para la afición de los Bulls es grande.