La Conferencia Oeste va a vender muy caros un año más sus 8 puestos de acceso a playoffs. La calidad de los equipos vuelve a ser espectacular y más de una buena plantilla se quedará fuera de la postemporada.
En principio, parten como favoritos, aunque no de forma rotunda, San Antonio Spurs y Oklahoma City Thunder siempre que Russell Westbrook vuelva al juego tal y como lo dejó hace unos meses, antes de lesionarse. Pero tras ellos hay un grupo de outsiders que están solo a un pasito de la excelencia y que podrían sorprender. Hablamos de equipos como Houston Rockets con la llegada de Dwight Howard, Memphis Grizzlies, que ya fue finalista del Oeste la pasada campaña, Golden State Warriors, una escuadra en constante crecimiento a la que ha llegado Andre Iguodala, y Los Angeles Clippers, que están ante un año crucial para saber si son o no de verdad una alternativa viable. El fichaje de Doc Rivers apunta esa urgencia.
Empezamos nuestro repaso a la Conferencia Oeste.
DIVISIÓN NOROESTE
DENVER NUGGETS: No parece que el equipo de Colorado vaya a poder repetir la hazaña de la pasada campaña cuando rompió todos sus registros históricos en temporada regular al terminar con 57 victorias. La eliminación en primera ronda de playoffs trajo como consecuencia una ilógica descomposición de la franquicia que se llevó por delante a los arquitectos del proyecto desde el punto de vista de la directiva (Masai Ujiri) y el banquillo (George Karl). Partieron de golpe el Ejecutivo del Año y el Entrenador del Año, lo nunca visto. Algo incomprensible. Y ahora le queda rescatar el proyecto a un Brian Shaw que se ha encontrado con una tercera partida de gran calado: la de Andre Iguodala. De cualquier modo, el equipo aún conserva mimbres prometedores. Tiene un trío de bases de lujo (Ty Lawson, Andre Miller y Nate Robinson), dos aleros de calidad que andan lesionados (Danilo Gallinari y Wilson Chandler) y un par de interiores con mentalidades diametralmente opuestas cuyo rendimiento será clave (Kenneth Faried y JaVale McGee). Igualar lo logrado por Karl se antoja imposible. Y clasificarse para playoffs, complicado.
MINNESOTA TIMBERWOLVES: Un equipo plagado de talento gobernado por un entrenador de plenas garantías, Rick Adelman, al que se le ha acoplado como jefe un tipo con indudable conocimiento de la franquicia y del juego, Flip Saunders. Lo único que le hace falta a los Wolves es algo de suerte. La pasada campaña, las lesiones arruinaron a una escuadra que casi nunca logró juntar en cancha a Ricky Rubio, Kevin Love y Nikola Pekovic, los jugadores que deben ser clave en la presente temporada junto a Kevin Martin, escolta que ha de aportar el tiro exterior que le faltó a Minnesota en pasados años. El conjunto de Mineápolis echará en falta el sentido colectivo del juego de Andrei Kirilenko, pero no parece que le vaya a costar superar las 31 victorias de la pasada campaña. Su objetivo, creíble además, será luchar por acceder a los playoffs. Rubio debe dar un paso adelante en el tiro exterior y en su fondo físico y Kevin Love ha de demostrar que su mano buena vuelve a ser buena tras la lesión. Incógnitas: la evolución del talentoso Derrick Williams, el acomodo al juego del equipo de Alexey Shved y la llegada de los novatos Shabazz Muhammad y Gorgui Dieng. Vista la pretemporada, J.J. Barea seguirá teniendo sitio en la cabeza de Adelman.
OKLAHOMA CITY THUNDER: OKC debe recuperar el lugar perdido y para ello es absolutamente necesario que Russell Westbrook vuelva al juego al menos al mismo nivel en que lo dejó. A pesar de que Westbrook resultaba un jugador criticable a veces por su juego, se demostró en playoffs que los Thunder sin él resultan mucho menos sonoros. De la perfección de Kevin Durant no quedan dudas. Es, sin duda, el jugador más estético de la NBA dentro de las megaestrellas de la liga. Serge Ibaka deberá seguir mejorando y habrá que estar atentos al seguro crecimiento del joven Reggie Jackson. Entre los jóvenes interiores, parece mucho más interesante la apuesta del novato Steven Adams que la del medio desahuciado Hasheem Thabeet. El equipo ha perdido a Kevin Martin, sensible baja, y ha de seguir tirando de la defensa de Thabo Sefolosha y el cada vez más cascado, ineficaz y cascarrabias Kendrick Perkins. Scott Brooks seguirá haciendo equipo y ése es el objetivo. Ya lo ha dicho el propio Durant: le gustaría que su equipo adoptara cada vez más el espíritu y estilo de los Spurs. Sabio objetivo.
PORTLAND TRAIL BLAZERS: Todo apunta a que los Blazers volverán a quedarse sin postemporada. El equipo parece haber mejorado algo este verano, pero no lo suficiente. Terry Stotts lo tendrá francamente difícil visto el nivel de los contrincantes. Los de Oregón volverán a ampararse en el dúo formado por el joven Damian Lillard y el ya experimentado LaMarcus Aldridge, con el apoyo de Nicolas Batum y Wesley Matthews. Aún así, se antoja insuficiente. En positivo, el necesario crecimiento del ex de Kansas Thomas Robinson, la posible aportación ofensiva del novato C.J. McCollum si tiene minutos y la llegada de jugadores solventes como Dorell Wright, que hará un poco más difícil el ya de por sí difícil camino de Víctor Claver, y el pívot Robin Lopez.
UTAH JAZZ: Los de Salt Lake City son carne de cañón. Mucho habrá de bregar Tyrone Corbin, aunque mucho nos tememos que para poca cosa. Utah es uno de los favoritos para quedarse con las últimas plazas en busca de la lotería milagrosa del Draft 2014. El equipo se ha desprendido de sus dos grandes valores, los interiores Al Jefferson y Paul Millsap, ha perdido al casi siempre solvente Mo Williams y al efectivo Randy Foye y se ha quedado en los huesos. El juego exterior de Utah es, a buen seguro, uno de los peores de la NBA, más aún cuando su gran apuesta del draft, el brillante Trey Burke, se ha fracturado un dedo. El resultado es que el equipo no tiene bases ni escoltas de garantías y lo fía todo a los recién renovados Derrick Favors y Gordon Hayward, dos jóvenes con buena proyección, pero que hoy por hoy no son todavía nada en la liga. Dentro de tanta penuria, habrá que esperar a la evolución del turco Enes Kanter y a la aportación del novato Rudy Gobert, que ha finalizado muy bien la pretemporada.
DIVISIÓN PACÍFICO
GOLDEN STATE WARRIORS: El equipo que dirige Mark Jackson consiguió la pasada campaña 47 victorias y llegó a segunda ronda de playoffs para ponerle las cosas difíciles (4-2) a los poderosos Spurs, pero lejos de dormirse en los laureles quiere seguir progresando. Y tiene mimbres para ello. Para empezar, un Stephen Curry de lujo que explotó ya en la parte final de la pasada campaña y que parece haber olvidado sus tobillos de cristal. Con él, han de ser importantes Klay Thompson en el exterior y David Lee en el interior. Pero es que, además, ha llegado a Oakland un jugador que aportará en ataque, en defensa y en el vestuario: Andre Iguodala. Fantástico refuerzo estival. Porque el equipo no sólo quiere ser divertido, tal y como proclaman los general managers de la NBA, sino que quiere ser efectivo. Para ello, siempre es bueno contar con jugadores como el citado Iggy o el recién renovado Andrew Bogut. Además, habrá que estar atentos a la evolución de los jóvenes Harrison Barnes y Draymond Green.
LOS ANGELES CLIPPERS: Los Clippers están ante su año de la verdad. Y tanto lo ha creido así el club... que ha fichado a un entrenador con mayúsculas, Doc Rivers, para liderar un proyecto estelar que parecía empezar a estancarse. Porque de las indudable espectacularidad de la dupla Chris Paul-Blake Griffin este equipo ha de pasar a la cruda ceremonia de la victoria o el desmoronamiento paulatino. Para hacer un equipo tendente más a lo primero que a lo segundo, Clippers tiene un trío de escoltas de notable nivel (Jamal Crawford, el fichado J.J. Redick y Willie Green), un veterano que viene de la otra acera -Lakers- en no se sabe qué estado, Antawn Jamison, un buen jugador de equipo como es Matt Barnes y un pívot sobrevalorado, DeAndre Jordan, que deberá hacer algo más de lo que ha hecho hasta la fecha. Visto así parece bastante, pero no lo ideal, aunque pueda convertirlo en ideal Rivers con asistentes de lujo como Alvin Gentry. Las pérdidas de Caron Butler y, sobre todo, Eric Bledsoe, se notarán. El equipo padece un desequilibrio exterior-interior que ha de resolver. La pasada temporada logró 56 triunfos en fase regular, pero en playoffs llegaron las rebajas.
LOS ANGELES LAKERS: Temporada compleja e impredecible para un equipo histórico que da la impresión de que va a tener que hacer una pequeña travesía en el desierto para tomar impulso hacia proyectos futuros. El desastre de la temporada pasada unido a la limitación de la franquicia debido a los salarios de sus estrellas ha obligado a los Lakers a quedarse con lo puesto y fichar a jugadores de un nivel medio, medio-bajo poco acorde con la historia de la franquicia. El equipo queda en manos de 3 jugadores de excelsa calidad, pero también cargados de años y de achaques. Todo dependerá un poco de si Kobe Bryant regresa en condiciones de su grave lesión y de si Steve Nash puede jugar al menos 25 minutos a buen nivel. Pau Gasol parece ofrecer menos dudas. Se le ha visto bien en pretemporada y alejado Dwight Howard del equipo volverá a tener el peso que perdió en la complicada campaña 2012-2013, una temporada que iba para sueño y acabó en pesadilla. Mike D'Antoni apostará de nuevo por la velocidad, pero ha comprendido las limitaciones. Las ausencias de Howard y Metta World Peace son especialmente dolorosas en defensa. El equipo está lleno de jugadores correctos y de jóvenes de talento que se truncaron. Puede pasar cualquier cosa.
PHOENIX SUNS: Los Suns están gestionando sin miramientos una demolición controlada para emerger desde unos cimientos nuevos. El último ejemplo ha sido el traspaso por el que se han desprendido de Marcin Gortat. Lo cierto es que la franquicia no se puede permitir una guerra como la entablada la pasada temporada en los despachos, una guerra a degüello que afectó también a las riendas deportivas del club. Phoenix firmó un lamentable 25-57 en temporada regular. Eso sí, de la pasada temporada sólo quedan 5 jugadores en la plantilla. Lo único positivo este verano han sido las llegadas de Eric Bledsoe, que formará un buen tándem con Goran Dragic, y del joven pívot Alex Len, vía draft, un proyecto interesante por pulir. Otra buena noticia ha sido el regreso al juego de Channing Frye tras sus problemas de corazón. Por lo demás, Phoenix da por tirada la temporada que va a empezar y sueña con el próximo draft, en el que tendrá 3 o 4 elecciones en primera ronda. Con este panorama, entiendan la felicidad de Luis Scola al salir del equipo destino a Indiana.
SACRAMENTO KINGS: Da la impresión de que los Kings podrán luchar por mejorar sus 28 victorias del pasado curso, pero poco más. Los playoffs se antojan territorio vedado. Al equipo han llegado jugadores con posibles. Los ejemplos más claros son el base venezolano Greivis Vásquez, que firmó una gran temporada el curso pasado, y el novato Ben McLemore, un jugador de gran talento anotador. Por contra, el equipo de Michael Malone ha perdido a un Tyreke Evans que había pasado de Novato del Año y jugador franquicia a joven estancado y pequeña rémora en el vestuario. Sacramento habrá de basar su poder necesariamente en DeMarcus Cousins, un talentazo con la cabeza sobrevolando las nubes. Veremos cómo evoluciona Jason Thompson o si adquiere algún papel relevante aquella ametralladora universitaria llamada Jimmer Fredette. Pero en realidad, el equipo está lleno de jugadores correctos y medianías y así se llega a pocas partes.
DIVISIÓN SUDOESTE
DALLAS MAVERICKS: El proyecto de Mark Cuban parece mejorar, pero su único objetivo realista ha de ser pelear por los últimos puestos que dan derecho a playoffs, que no es poco visto el Oeste. El equipo se ha reforzado con inteligencia, pero sin llegar a la excelencia. Ha adquirido a un base de garantías a la hora de hacer equipo, José Manuel Calderón, a un notable jugador ofensivo que representa un corte contrario al de Calde, Monta Ellis, y a un pívot que nunca llegó a ser lo que pensó él mismo que llegaría a ser, pero que puede ayudar, Samuel Dalembert. Pero no nos desviemos de lo importante. Todo en Dallas pasa por que su gran estrella, Dirk Nowitzki, tenga buen físico. Junto al alemán, veteranos que siguen aportando con inteligencia a la hora de acomodarse a los tiempos: Shawn Marion y Vince Carter. La franquicia sigue intentando reconstruir el desaguisado que formó Cuban tras ganar el anillo en 2011. Pocas veces se ha visto una gestión tan lamentable del éxito. Se han ido este verano el valioso Darren Collison, el decepcionante O.J. Mayo y los ya limitados pero siempre eficientes Chris Kaman y Elton Brand.
HOUSTON ROCKETS: Frente a la mala gestión del éxito por parte de Dallas, la inteligente reconstrucción a partir de la desgracia de Houston. Los Rockets tenían un atractivo proyecto ganador con Yao Ming y Tracy McGrady que las lesiones llevaron al traste. A partir de ahí, empezaron cuidadosamente a cuidar con esmero el futuro hasta llegar en poco tiempo a reunir un equipo muy competitivo. El de este año lo es. ¡Cuidado con estos Rockets de Kevin McHale!. Si pocos días antes de empezar la pasada campaña dieron la campanada con el fichaje de James Harden, este verano la dieron adquiriendo al jugador más deseado: Dwight Howard. Sobre estos 2 jugadores han de edificar un proyecto que cuenta además con secundarios de muy buen nivel. Jugadores como Chandler Parsons, Jeremy Lin y Omer Asik (menudo lujo que guarde la espalda de Howard). Además, jóvenes por explotar como Donatas Motiejunas y Terrence Jones y muy buenos jugadores de equipo. La pretemporada nos ha ofrecido a un sorprendente Omri Casspi y a un Francisco García que tendrá su sitio en la rotación siempre que defienda a su nivel y tire bien de lejos. Los Rockets ganaron 45 partidos el pasado año.
MEMPHIS GRIZZLIES: La gran sensación del pasado curso. Los Grizzlies hicieron historia propia al sumar 56 triunfos en fase regular y ser finalistas del Oeste ante los Spurs tras dejar en la cuneta a OKC. El equipo ofreció una de las mejores defensas de la liga y un espíritu colectivo a prueba de bomba. Por eso, la franquicia ha apostado por la continuidad de la plantilla, aunque, sorprendentemente, se haya quedado por el camino su fenomenal arquitecto: Lionel Hollins. Parece un error de bulto, pero es lo que hay. Entrenador novato para proyecto ya con peso, con solera. La columna vertebral en el vestuario y la pista seguirá siendo la misma: Mike Conley, Zach Randolph y un líder incontestable como es Marc Gasol. Además, el apoyo fundamental de Tony Allen, el regreso del hijo pródigo Mike Miller y 3 jugadores que han de ser importantes en el grupo: Ed Davis, que debe crecer, Tayshaun Prince, que debe acomodarse a Memphis todavía, y Jerryd Bayless, que debe aportar minutos de calidad desde el banquillo. Veremos qué ofrece, además, el 'personal griego' recién llegado, Kosta Koufos y Nick Calathes.
NEW ORLEANS PELICANS: Nuevo nombre, Pelicans, y proyecto que toma aire, fuerza, frescura y se hace por momentos muy atractivo. New Orleans se está moviendo muy bien. El equipo de Monty Williams ha reunido un juego exterior ciertamente notable, puesto que a Eric Gordon se le unen los recién fichados Jrue Holiday y Tyreke Evans (con Austin Rivers en la recámara). Mucho talento junto. Además, los Pelicans cuentan con un Ryan Anderson demoledor desde fuera, pero que habrá de superar en la pista la tragedia personal que le ha acompañado en los últimos meses. Y, claro está, este proyecto es el proyecto de Anthony Davis, un chico que ha hecho una pretemporada fabulosa liderando a un equipo que ha ganado 7 de los 8 partidos que ha disputado en octubre. Parecen acercarse buenos tiempos para Pelicans. El equipo, desde luego, promete a pesar de la marcha de un Greivis Vásquez que brilló la pasada temporada.
SAN ANTONIO SPURS: Terminamos con los Spurs, una debilidad de la casa por su estilo de juego y su filosofía de vida dentro y fuera de la pista. El equipo texano ganó 58 partidos en la temporada regular, se proclamó campeón del Oeste y estuvo a un paso de romper los pronósticos y desbancar a Miami Heat. Sí, por mucho favoritismo brutal que se le ponga este año a Miami, la pasada campaña pudo perder perfectamente las Finales. Todo ello, gracias a una gran política de reconstrucción silenciosa sin destrucción aparente. Una fórmula increíble desarrollada en los últimos años por R.C. Buford y Gregg Popovich. Este verano, visto el éxito obtenido, la casi totalidad de la plantilla se ha mantenido. Los Spurs apenas han hecho movimientos, pero los pocos que han realizado han sido inteligentes. Ejemplos, la contratación de Marco Belinelli pensando en el presente y en el futuro de un equipo sin Manu Ginóbili y la salida de DeJuan Blair. Está claro que Tony Parker y Tim Duncan, con la ayuda de Manu Ginóbili y el creciente Kawhi Leonard, serán los elementos claves de Spurs, un equipo cargado de secundarios de lujo: Danny Green, Tiago Splitter, Boris Diaw... Volverán a estar en la pomada.