El pozo en el que está sumido Lamar Odom parece tener todavía recorrido hasta el fondo. O eso es lo que parece viendo la espiral autodestructiva en la que está metido el jugador, que está viviendo una semana negra que le está llevando un día sí y otro también a los medios de comunicación.
Primero fue su desaparición durante 72 horas que tanto preocupó en sus círculos más cercanos y que fue relacionada con sus problemas con las drogas y, más concretamente, con el crack. Como telón de fondo, su fracaso matrimonial y su situación deportiva, que no es otra que la de un bicampeón de la NBA sin equipo cuyo rendimiento en los 2 últimos años ha sido un desastre.
Luego, llegó su localización en un hotel de Los Ángeles y el intento de su agente, Jeff Schwartz, de dulcificar la situación para no perjudicar el futuro deportivo del jugador. Pero todo apuntaba a que Odom estaba en un hotel en condiciones precarias por su adicción a las drogas y con un grupo de amigos que estaban intentando ayudarle en tan complicadas circunstancias.
Y hoy ha llegado el remate con la detención del ex de Lakers y Clippers. Odom fue parado por una Patrulla de Carreteras de California al filo de las 4 de la madrugada cuando conducía su Mercedes-Benz de forma errática por una carretera del Valle de San Fernando cercana a Los Ángeles. El vehículo circulaba a unos 80 kilómetros por hora haciendo eses cuando fue parado. En el origen de la situación, un conductor, Odom, con claros signos de intoxicación por sustancias que no han sido reveladas. Se habla de alcohol o drogas o bien de un cóctel de ambas.