San Antonio y Houston hicieron valer en Texas el factor cancha de forma salvaje. Los primeros, sin Tony Parker, ganaron por 39 puntos a Detroit con Manu Ginóbili y Tim Duncan en plan estelar. Los segundos dejaron por los suelos a Dallas llevándose el duelo texano por 33 puntos.
En el Toyota Center hubo un hombre prácticamente perfecto: Chandler Parsons. Y hubo un equipo que también rozó la perfección en un momento dado, el tercer cuarto. En ese cuarto, Houston le endosó un 44-17 a Dallas y rompió el partido. Debutó el dominicano Francisco García con los Rockets. También el alemán Tim Ohlbrecht.
Además, victoria de Washington sobre Philadelphia. El rostro amable local fue la capacidad para decidir el partido por parte de John Wall; el triste, la lesión en esa recta final del choque del novato Bradley Beal.
San Antonio 114 Detroit 75
Primer partido de San Antonio sin el lesionado Tony Parker, pero el hecho careció de importancia. El rival era un Detroit Pistons caído en total desgracia de juego en los últimos partidos y la victoria resultó apabullante. Gregg Popovich sorprendió a todos de entrada otorgando la titularidad como base a Kris Joseph y dejando en la banda a Nando de Colo y Patrick Mills. Tampoco importó, se repartieron los minutos. Porque los 13 jugadores convocados por Pop jugaron y anotaron.
Fue un paseo en toda regla del equipo local, que decidió en la primera parte con un Manu Ginóbili incontenible. De hecho, los Spurs ya cobraron ventaja en un primer cuarto en el que Manu jugó los 5 minutos finales para hacer 10 puntos, incluido un triple maravilloso sobre la bocina tras venir de carrera lateral prolongada. Luego, en el segundo acto, Ginóbili siguió a lo suyo, y los Spurs alcanzaron el descanso con 20 de ventaja (60-40) y con 17 puntos del argentino, que ya no necesitó anotar más en toda la tarde-noche. Al fin y al cabo, ya había sido factor decisivo con apenas un rato en cancha tras haber metido sus primeros 6 tiros a canasta.
La fiesta local prosiguió tras el descanso. Al final del tercer cuarto, 89-56, un escandaloso +33. Hubo minutos para todos y nadie dejó de compartir sonrisas frente a la cara de funeral del equipo rival, en el que ni Greg Monroe (16 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias tras un buen primer tiempo) ni José Manuel Calderón (14 puntos con un 6 de 10 en el tiro, pero sólo 2 asistencias) pudieron hacer nada. Tampoco el tercer hispano de la noche, Charlie Villanueva, que hizo al menos números: 10 tantos y 10 rebotes.
San Antonio ganó con una facilidad pasmosa, sin despeinarse, para seguir al frente del Oeste con un 47-14 como balance. Lo hizo corriendo, con un juego ágil que acabó en muchas ocasiones con canastas fáciles cerca del aro. Lo consiguió moviendo la bola con mucho criterio y defendiendo a un nivel máximo.
Manu Ginóbili acabó como máximo encestador del partido con 17 puntos en 22 minutos tras meter 6 de sus 8 tiros, incluidos 3 triples. Tim Duncan anduvo soberbio al conseguir 16 puntos, 11 rebotes, 5 tapones y 6 asistencias en 26 minutos y Danny Green no les anduvo a la zaga. Finalizó con 16 tantos en 21 minutos. Y es que todo fue tan sencillo para los locales...
Houston 136 Dallas 103
Los otros 2 equipos texanos se enfrentaban entre sí. Y tampoco hubo color en el Toyota Center. Si San Antonio dominaba su partido ante Detroit por 39 puntos, Houston lo hizo por 33 ante unos Dallas Mavericks simplemente lamentables. Pero el corte del partido y su desarrollo fue bien distinto. Porque el desastre de los Mavs se concentró en un solo cuarto. En el resto, plantaron cara. Pero ese cuarto fatídico, el tercero, bastó porque fue infernal.
Se había llegado al descanso con juego ofensivo y marcador igualado: 64-61. Habían brillado por parte local Jeremy Lin y Chandler Parsons, no así James Harden. Lo cierto es que nadie esperaba lo que estaba a punto de ocurrir. Y lo que ocurrió fue aterrador para las huestes de Rick Carlisle. El tercer cuarto fue mágico para los locales y una pesadilla para los visitantes. El resultado: ¡¡¡44-17!!!. Ver para creer. A los locales les entró todo. La defensa de Dallas, eso sí, puro papel mojado.
A partir de ese tercer cuarto sobrecogedor ya no hubo nada. Todo lo demás sobró. El partido acabó con 33 de ventaja para Rockets, que metió el 57,5% de sus tiros de campo, anotó nada menos que 36 puntos al contraataque, hizo 14 triples con un 41% de efectividad, se fue 40 veces a los tiros libres y robó tantos balones como perdió. Estadísticas de meter una paliza al rival. Así fue.
Chandler Parsons fue el jugador del partido. Por momentos parecía que no podía fallar. Anotó sus primeros 11 lanzamientos y llegó a amenazar el récord individual de la franquicia, en poder de Yao Ming con un 12 de 12 al final de un partido. Parsons terminó con 32 puntos en 30 minutos tras anotar 12 de sus 13 lanzamientos, de los que 6 de 7 fueron triples. Tras su estela colosal, Jeremy Lin con 21 puntos y 9 asistencias en 25 minutos y James Harden, autor de 21 con 7 asistencias y 4 triples. Debutaron el alemán Tim Ohlbrecht y el dominicano Francisco García (8 puntos en 18 minutos), el argentino Carlos Delfino no tuvo el punto de mira afinado y el novato Thomas Robinson lo hizo bastante bien.
En Dallas, 18 puntos de O.J.Mayo con 3 triples sin fallo y 14 más 8 rebotes de Shawn Marion. Ahí se acabó todo. Deficiente noche de Dirk Nowitzki, a tono con su equipo.
Washington 90 Philadelphia 87
Washington Wizards sigue en su buena racha de las últimas semanas como local. Esta vez el rival eran los Sixers, un partido a priori poco atractivo si no fuera por ver a algunos jugadores a título individual. El encuentro no fue brillante, pero al menos sí resultó emocionante.
Los locales se quedaron sin el novato Bradley Beal, que sufrió un esguince de tobillo a 2 minutos del final. Fue entonces cuando la antorcha fue a parar a manos de John Wall, clave en la decisión del partido. Metió Wall 2 libres a un minuto del final para adelantar a los suyos (88-87), luego le puso un tapón a Evan Turner y más tarde, aprovechando un providencial rebote ofensivo de Nene, logró la canasta que puso el 90-87 a 4 segundos del final. Tuvo triple Dorell Wright para empatar y llevar el encuentro a la prórroga, pero no acertó desde la esquina.
Wall fue por lo tanto el jugador del partido por ese gran final. Acabó, además como máximo anotador de los suyos junto a Martell Webster. Ambos hicieron 16. Buen rendimiento de los interiores Nene (15 más 9 rebotes) y Emeka Okafor (12 con 16 capturas en los aros) y buena ayuda del hispano Trevor Ariza, origen de 9 tantos y 8 rebotes en 28 minutos.
Por los Sixers, 15 tantos del suplente Dorell Wright, que no pudo culminar con ese triple final, y dobles dobles de Spencer Hawes y Evan Turner.