Miami Heat estuvo contra las cuerdas en un segundo cuarto magistral de New York Knicks, pero supo reflexionar en el descanso y cambiar radicalmente en la segunda parte para remontar, ganar y lograr así su decimocuarta victoria seguida, empatando la mejor racha de la franquicia.
LeBron James fue el líder perfecto y Dwyane Wade, un estelar escudero. El camino de James fue paralelo al de su equipo, de menos a más, como la senda de la estrella local, Carmelo Anthony, no se separó de la de su escuadra, de más a menos.
Mientras, el otro equipo de Florida, Orlando, siguió en nivel 0. Memphis ganó a los Magic en Orlando con facilidad pasmosa aunque no pudiera contar con Zach Randolph. Marc Gasol repartió 11 asistencias y Darrell Arthur sobrevivió a una caída espeluznante.
Finalmente, brutal paliza de Sacramento Kings a unos impresentables Charlotte Bobcats.
New York 93 Miami 99
Otra muestra de espíritu competitivo e identidad ganadora de los Heat y ya van... el equipo que dirige Erik Spoelstra llegó a ir perdiendo por 16 puntos al filo del descanso (59-43), pero tras alcanzar los vestuarios con un duro 59-45 supo sobreponerse en la segunda mitad.
Porque el partido tuvo dos partes que parecieron dos mundos. En la primera, los Knicks bordaron el baloncesto, fundamentalmente en un segundo cuarto casi perfecto en el que le endosaron 37 puntos a Miami con un acierto inusual, un 14 de 19 en el tiro de campo, nada menos que un 73,7%. Fue el cuarto de Jason Kidd, que metió 4 triples y resucitó tras un mal mes de enero y un aún peor de febrero. Kidd fue el perfecto complemento en el segundo período de un Carmelo Anthony que había anotado 17 tantos en el primer cuarto y se fue al descanso con 24 en su haber.
Miami estaba completamente contra las cuerdas. La recta final del segundo cuarto fue un baño de baloncesto local difícilmente digerible por los de Florida. Los Knicks se plantaron en el descanso con un 57% en el tiro de campo y los Heat con 12 pérdidas de balón que les hicieron mucho daño. Melo, Kidd y Tyson Chandler llevaban el peso del partido.
Pero fue empezar el tercer cuarto y todo cambiar. Miami empezó a defender, y mucho, LeBron comenzó a elevar su nivel, bien apoyado por Wade, y todo se trastocó. Los visitantes se llevaron un gran susto en un ally-oop fallido de LeBron, que se hizo daño, pero no pasó a mayores, como no lo hizo un golpe que se llevó en el segundo cuarto Anthony. El caso es que Heat se fue metiendo en la contienda, la maravillosa circulación de balón de Knicks desapareció y el cuarto finalizó con un apretado 77-73 tras un triple final de Shane Battier, muy acertado toda la matinal neoyorquina desde más allá del arco.
Al poco de empezar el último cuarto, con 10 minutos por jugar, James anotó un triple para empatar a 79 y poco después otro triple de Battier adelantaba a Miami por 81-82. La cosa se complicaba y mucho para los locales, que vieron con alivio cómo despertaba un dormido Raymond Felton, lo que tuvo su contrapunto con el despertar de Chris Bosh. LeBron y Melo empezaron a emparejarse mostrando cierto pique. Pero todo quedó en nada, porque en un bonito final igualado triunfaron los Heat.
Un balón recuperado tirándose al suelo por Battier y una cesta de Bosh marcaron ese final. Los Heat entraron en el último minuto con un 91-97. Y con 93-97 y ataque para New York, LeBron James robó el balón, hizo un mate y mató el partido. Un partido que tuvo esas dos partes separadas por un abismo: 59-45 en la primera y 34-54 en la segunda. La defensa gana partidos y títulos.
Al final, 29 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias para James y 20 con 8 capturas y 8 pases de canasta para Wade. Bosh sumó 16 tantos, pero sólo 1 rebote en 37 minutos y Battier metió los 4 triples que intentó. En Knicks, sin participación de Pablo Prigioni, 32 puntos para Melo, 14 con 8 rebotes, 6 asistencias y 4 triples para el resucitado Kidd y 13 con 12 rebotes pero lamentables porcentajes y abuso del triple para J.R.Smith.
Orlando 82 Memphis 108
Orlando Magic sigue en modo desenchufado, actuando como una vulgar banda, sin orden ni concierto, aspirando como mucho a obtener a algún buen jugador en el próximo draft. Su dejación de funciones resulta lamentable.
En frente, un equipo hecho, sólido, con una actitud contraria a lo largo de la temporada, una escuadra dispuesta al compromiso, el sacrificio y el espíritu colectivo. Un equipo, Memphis, que vive la defensa como un modo de ser y de ganar. Por ello, no extrañó a nadie lo sucedido. Y es que el partido se acabó muy pronto: 35-60 al descanso y a otras cosa. La segunda mitad en el Amway Center fue un simple dejar pasar el tiempo.
Memphis jugó bien en los dos lados de la pista y estuvo inusualmente acertado desde el triple. Ganaron sin problemas los Grizzlies a pesar de tener un serio problema en su puesto de ala-pívot, pues no jugó Zach Randolph por problemas en un tobillo y a los 9 minutos de estar en pista, jugándose el segundo cuarto, tuvo que abandonar el partido Darrell Arthur tras un susto de muerte que no acabó en tragedia porque dios no quiso. Al Harrington le desequilibró en el aire y Arthur cayó a plomo dándose un golpe tremendo en la parte posterior de la cabeza. Para haberse desnucado. Duro de ver.
Fuera de todo ello, el partido no tuvo historia, dominaron los visitantes sin fisuras y Marc Gasol se lució en el pase. Dio 5 asistencias en el primer cuarto y acabó con un extraño doble doble: 12 puntos, 11 asistencias y 5 rebotes en 36 minutos. Metió 5 de sus 6 tiros y fue el mejor de los suyos. Tayshaun Prince hizo 14 tantos, con lo que le bastó para ser el máximo encestador del partido, y Ed Davis firmó un doble doble.
En Orlando, ni Tobias Harris funcionó esta vez. Los mejores anotadores fueron Andrew Nicholson, Arron Afflalo y E’Twaun Moore con 12 puntos cada uno.
Sacramento machaca a Charlotte
Charlotte, a lo suyo, que no es otra cosa que encadenar ridículos y abandonarse al dios encarnado en el Draft 2013. Porque ridículo, y de los grandes, es perder por 36 puntos ante Sacramento Kings (119-83). En fin, más bien es un perder el oremus de forma definitiva.
Bochornosa actuación de los Bobcats, un equipo ‘capaz’ de meter 13 puntos en el segundo cuarto y recibir 43 en el siguiente. Porque los 24 minutos centrales del partido fueron una cosa bárbara: 70-32 para Sacramento.
Los Kings se dieron un homenaje con John Salmons anotando 19 de sus 22 puntos en ese tercer cuarto que finalizó con un parcial de 43-19. Es decir, metió tantos puntos como todo el equipo contrario. Además, gran actuación de Jason Thompson con 18 puntos y 14 rebotes y también de Marcus Thornton, autor de otros 18 puntos en sólo 20 minutos.
Los Bobcats, instalados en el horror. Otra vez actitud intolerable en el rebote (60-31 para Kings), y llueve sobre mojado. Byron Mullens y Gerald Henderson fueron sus hombres menos malos con 12 puntos cada uno. Resulta patético ver jugar a este equipo.