La temporada del alero de los Denver Nuggets Wilson Chandler empezó muy tarde y ha terminado demasiado pronto. Una lesión en la cadera, de la que tendrá que ser intervenido quirúrgicamente, le impedirá jugar en lo que resta de campaña.
Todavía no está claro si los Nuggets jugarán o no los playoffs, por el momento son séptimos en el Oeste, pero lo que sí lo está es que, pase lo que pase, Chandler no jugará ya más tras haber jugado apenas 8 partidos en toda la temporada.
Chandler, que en el mes de abril sólo ha jugado 7 minutos en un fallido intento de regreso de su lesión, sufre un desgarro en el labrum de su cadera izquierda, -la misma lesión, pero en el lado contrario, que ha dejado fuera a LaMarcus Aldridge- y la cirugía es inevitable si se quiere que el jugador se recupere plenamente.
El alero llegó a Denver mediado ya marzo después de que su aventura en la liga china le impidiera reincorporarse antes a la NBA. Firmó un millonario contrato por 5 años, pero cierra el año con sólo 8 partidos jugados y unos promedios de 9,4 puntos y 5,1 rebotes, lejos de sus mejores números en una liga a la que no ha tenido tiempo de volver a tomarle el pulso.