El bloqueo de las conversaciones del nuevo convenio de la NBA y la cancelación de los primeros encuentros de la pretemporada han dejado en una situación muy difícil a los empleados de la liga. Cerca de 400 han perdido su puesto de trabajo.
De esa cifra, según el recuento llevado a cabo por SportsBussiness Journal, la mitad corresponde a trabajadores de las oficinas centrales e internacionales de la NBA que se han visto en la calle y otro tanto, a trabajadores de las distintas franquicias que, en su mayor parte, han recortado plantilla desde el inicio del verano debido a la falta de actividad.
No son los únicos daños colaterales del cierre patronal decretado por la NBA, ya que los equipos mantienen congelada la contratación en casi todas sus áreas y muchos de los empleados que habitualmente iniciaban su actividad con el inicio de la temporada siguen esperando la llamada de unas franquicias cuyas labores se han visto reducidas al mínimo hasta el momento.
A la pérdida de todos estos empleos directos, habría que sumar los numerosos empleos indirectos perdidos en los negocios vinculados a la NBA que también se han visto afectados por el cierre. Y el número de víctimas promete ser mayor si no se encuentra pronto una solución al conflicto.