Jugadores y propietarios de la NBA han aceptado la presencia de un mediador federal en la próxima reunión negociadora con la esperanza de que su participación ayude a aproximar las posturas entre ambas partes y desbloquear el parón de la competición.
George Cohen, director del Servicio Federal de Conciliación y Mediación, será el encargado de desempeñar el papel de mediador neutral, supervisando las negociaciones que, en principio, deberían retomarse el próximo martes en Nueva York.
Se trata de una mediación y no de un arbitraje, por lo que las opiniones de Cohen no serán vinculantes para las partes pero, al menos, se espera que su presencia ayude a suavizar los actuales puntos de fricción en el proceso negociador.
A vueltas con el límite salarial y la tasa de lujo
En los últimos días, el reparto de ingresos no parece ser ya el principal motivo que ha impedido un nuevo acuerdo salarial en la NBA ya que, según diversas fuentes, la diferencia en ese punto es relativamente pequeña entre unos y otros.
El principal escollo parece ser en estos momentos la intención de los propietarios de establecer unas altísimas penalizaciones para aquellos equipos que superen el umbral de la ‘luxury tax’ o tasa de lujo, unas penalizaciones que podrían llegar a superar los 6 dólares por cada dólar gastado de más, además de restringir fuertemente el uso de las excepciones para los equipos en dicha situación.
Para los jugadores, el establecimiento de un castigo de semejante magnitud equivaldría a la instauración de un tope salarial rígido -dado que pocos equipos, ni siquiera los más fuertes económicamente, se atreverían a atravesar el umbral marcado-, algo a lo que se han opuesto desde un inicio.
Por otro lado, los jugadores esperan también algún tipo de concesión por parte de los propietarios a cambio de aceptar una reducción significativa en su parte de los ingresos ya que, hasta el momento, consideran que los únicos que han cedido algo en estas negociaciones respecto al ‘status quo’ resultante del anterior convenio son ellos, algo en lo que coinciden cada vez más analistas, críticos con la postura inflexible mantenida por los propietarios que, por ahora, ha dejado a los aficionados sin poder disfrutar de las 2 primeras semanas de competición.