La NBA ha completado en estos días la auditoría de sus finanzas correspondientes a la temporada 2010-11 y los resultados, en cuanto a ingresos se refiere, han sido mejores de lo esperado, con un incremento del 4,8% respecto a la campaña anterior.
En total, la NBA obtuvo unos ingresos de 3.817 millones de dólares provinientes de las actividades directamente relacionadas con el baloncesto, frente a los 3.643 del año anterior. Se trata del incremento más notable en los últimos 3 años, ya que el año pasado los ingresos apenas crecieron un 1% y el anterior un 2,5%.
A pesar del aumento de los ingresos, la liga insiste en las pérdidas que sufren la mayor parte de las franquicias y las sigue achacando al excesivo coste salarial de los jugadores. Según la NBA, los jugadores recibieron el año pasado 2.176 millones de dólares, el 57% de los ingresos tal y como estipulaba el convenio que venció el pasado 30 de junio, con un salario medio por jugador de 5,15 millones de dólares.
Unas cifras estas últimas que, en opinión de los propietarios, comprometen seriamente la viabilidad de la NBA. De ahí que mantengan desde el 1 de julio el cierre patronal de la liga a la espera de forzar un acuerdo con los jugadores que resulte más beneficioso para los propietarios que el actual.