El cierre patronal de la NBA promete dejar por el camino más damnificados que los jugadores y la imagen de la liga. Así ha ocurrido en los Lakers, donde más de 20 empleados han visto cómo no se renovaban sus contratos ante el parón de la liga.
La decisión ha afectado de forma especial a los ojeadores del equipo, la mayor parte de los cuales se quedarán en el paro, aunque la franquicia no descarta volver a contratarlos de nuevo una vez se normalice la situación.
En cualquier caso, la franquicia no ha ofrecido garantía alguna a los empleados cuyo contrato no se ha renovado y uno de los afectados, el hasta ahora asistente del general manager, Ronnie Lester, no ha dudado en poner en duda que la franquicia tenga intención de ofrecerles un nuevo puesto en el futuro y ha criticado duramente la actitud de los responsables de los Lakers.
Lester, que llevaba vinculado al equipo desde el año 1984 –2 años como jugador y desde 1987 como ojeador y más tarde directivo- y rechazó recientemente una oferta de renovación que pretendía rebajar sensiblemente su sueldo, ha mostrado su disgusto por cómo se han desarrollado los acontecimientos y por la actitud de los Lakers hacia sus empleados.
“No estoy preocupado por mí, estoy preocupado por otra gente de nuestro equipo que son realmente buenos y tienen familias jóvenes e hipotecas”, ha dicho Lester, “Yo saldré de ésta, pero esos chicos que no tienen una situación tan estable, creo que tienen un pequeño problema”.